El camino de la fe no es alienación, sino preparar el corazón para ver el maravilloso rostro de Dios. Lo dijo el Papa durante la homilía de la Misa presidida en la Domus Santa Marta el 26 de abril de 2013.
El Evangelio del día nos trae las palabras que Jesús dijo a los Apóstoles: “Que no se turbe vuestro corazón”:
¿Cómo prepararse?
El Papa se pregunta: ¿Cómo es este lugar? ¿Qué significa ‘preparar el lugar’? ¿Alquilar una estancia allá arriba?
Preparar el lugar es preparar nuestra posibilidad de gozar, la posibilidad –nuestra posibilidad- de ver, sentir, entender la belleza de lo que nos espera, de la patria hacia la que caminamos”.
En el camino de la vida –destacó el Papa- el Señor prepara nuestro corazón “con pruebas, con consuelos, con cosas buenas”:
Dios no decepciona
‘Pero Padre, he ido a un filósofo y me ha dicho que todos estos pensamientos son una alienación, que estamos alienados, que la vida es esta, lo concreto, que allá no se sabe que puede haber…’
Algunos piensan así… pero Jesús nos dice que no es así y nos dice: ‘Tened fe también en mí’ Esto que yo digo es la verdad: yo no engaño, no decepciono”.
“Prepararse para el cielo –dijo de nuevo el Papa- es comenzar a saludarlo desde lejos. Esto no es una alienación: es la verdad, es dejar que Jesús nos prepare el corazón y los ojos para una belleza tan grande. Es el camino de la belleza” y “el camino de vuelta a la patria”.
Finalmente el Papa rezó para que el Señor prepare la morada. “La morada definitiva, en nuestro corazón, en nuestros ojos y en nuestro oído. Así sea”.