Invita a los miembros de las hermandades de todo el mundo a la “evangelicidad”, la “eclesialidad” y la “misionariedad”“La piedad popular es una senda que lleva a lo esencial si se vive en la Iglesia, en comunión profunda con sus pastores”, destacó el Papa este domingo 5 de mayo en la plaza de San Pedro durante la misa con la que concluyó la Jornada Mundial de las Cofradías y la Piedad Popular.
Dirigiéndose a los miles de cofrades de diversos países, que llegaron en procesión desde muy temprano al Vaticano con sus estandartes e imágenes, Francisco aseguró: “La Iglesia os quiere”, y poco después les invitó a ellos: “Amad a la Iglesia, dejaos guiar por ella; en las parroquias, en las diócesis, sed un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana”.
Les pidió ser “una presencia activa en la comunidad” y, citando el Documento de Aparecida, recordó que la piedad popular de la que los cofrades son expresión es “una manera legítima de vivir la fe, un modo de sentirse parte de la Iglesia”.
Los representantes de los cofrades de todo el mundo celebraron su jornada mundial en Roma del 3 al 5 de mayo, con diversas actividades, entre ellas adoraciones y eucaristías en diversas iglesias sedes de cofradías, una peregrinación a la tumba de Pedro, confesiones, catequesis, etcétera.
En la homilía de la misa conclusiva, el Papa les invitó a caracterizarse por su “evangelicidad”, su “eclesialidad” y su “misioneriedad”.
Respecto a la “evangelicidad”, un término que tomó del Papa Benedicto XVI, Francisco señaló que “a lo largo de los siglos, las hermandades han sido fragua de santidad de muchos que han vivido con sencillez una relación intensa con el Señor”.
“Acudid siempre a Cristo, fuente inagotable, reforzad vuestra fe, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria, la liturgia”, les animó, y añadió: “caminad con decisión hacia la santidad; no os conforméis con una vida cristiana mediocre, sino que vuestra pertenencia sea un estímulo, ante todo para vosotros, para amar más a Jesucristo”.
Cuando habló de la “eclesialidad”, el Papa valoró la variedad de expresiones, subrayó que lo esencial es “creer en Jesucristo, muerto y resucitado por nuestros pecados, y amarse unos a otros como Él nos ha amado”, y destacó que los primeros cristianos superaron las dificultades dentro de la Iglesia.
Finalmente señaló que los cofrades tienen una misión específica e importante: mantener viva la relación entre la fe y las culturas de los pueblos a los que pertenecen. Y destacó que al manifestar la fe a través de los sentidos, los afectos, los símbolos de las diferentes culturas, … “ayudan a transmitirla a la gente, especialmente a los sencillos”.
“Cuando, por ejemplo, lleváis en procesión el crucifijo con tanta veneración y tanto amor al Señor, no hacéis únicamente un gesto externo –recordó-; indicáis la centralidad del Misterio Pascual del Señor, de su Pasión, Muerte y Resurrección, que nos ha redimido”.
“Sed también vosotros auténticos evangelizadores; que vuestras iniciativas sean «puentes», senderos para llevar a Cristo, para caminar con Él –les dijo-. Y, con este espíritu, estad siempre atentos a la caridad (···); sed misioneros del amor y de la ternura de Dios”.