Un señuelo fácil en un país acosado por el paroUn informe del Deustche Bank planteaba recientemente enormes dudas sobre el proyecto Eurovegas, cuestionando su viabilidad. Esta ciudad-casino que se planea crear en los alrededores de Madrid promete crear 10.000 puestos de trabajo, constituye una atractiva tentación para los políticos de aliviar la presión social generada por el alto paro en España, y fomentar que circule el dinero. Pero como en su momento planteaba el obispo de Getafe, monseñor Joaquín López de Andújar, a costa de promover el vicio del juego, la prostitución, etc. Además de obligar a la legislación española a “relajar” las restricciones legales sobre los juegos de azar.
"Se habla de hoteles, restaurantes, instalaciones deportivas, centros de convenciones… ¡claro que todo eso sería bueno! Pero si está en función de un gran casino, con tragaperras e incentivos al juego, eso será inmoral y contaminará a lo demás. Los intereses económicos sin ningún escrúpulo pueden arruinar a muchas personas y familias”, afirmaba monseñor López de Andújar.
Los obispos madrileños, cuyas diócesis se encontrarán singularmente afectadas por la creación de Eurovegas, llevan escritas varias cartas, con el apoyo de la Conferencia episcopal, apelando a la responsabilidad de los politicos para que detengan el proyecto, hasta ahora sin resultado.
Este mes de junio se anuncia un proyecto similar en Barcelona, de mano de Stanley Ho, el rey de los casinos de Macao (China). Este (Barcelona World), al igual que el de Madrid, con el beneplácito del Gobierno local. La negociación de los promotores con las autoridades se basa en tres puntos: la reducción de los impuestos sobre los juegos de azar del 50% al 10%, la autorización del crédito en el casino para poder jugar, y la autorización legal para que los menores puedan entrar en las salas de juego, algo totalmente prohibido por la ley española.
Estas tres medidas, de adoptarse, generarían un gravísimo daño social, denuncia Forum Libertas, plataforma cristiana que se ha activado para luchar contra esta nueva iniciativa: al bajar la fiscalidad sobre el juego “se adopta una política de fomento hacia una actividad intrínsicamente negativa. Esta era la razón de sus altos impuestos, no tanto un afán recaudatorio como el buscar una compensación pública y una limitación a una actividad que genera graves costes sociales. En el caso de Cataluña, la reducción todavía tiene perfiles más graves porque se produce después de que la Generalitat haya aumentado la presión fiscal sobre personas y familias hasta situarla en el máximo nivel de Europa”.
La flexibilidad del crédito para los juegos de azar, por su parte, propiciará “uno de los mayores estragos para las personas y la sociedad: las deudas de juego. Hasta ahora se trataba con razón de una práctica rigurosamente prohibida”. Y por supuesto, la autorización legal para que los menores puedan entrar en las salas de juego, “algo también legalmente vedado hasta ahora. Bastará que esté acompañado de un adulto, que no tendrá que demostrar ni siquiera una relación familiar”, lo que abre la veda a la corrupción de menores (y no sólo existe la de tipo sexual, como muchos parecen olvidar) legalmente consentida.
El obispado de Alcalá de Henares explica en un artículo especial que recomendamos desde Aleteia el Magisterio de la Iglesia sobre los juegos de azar: estos, decía Juan Pablo II, “prometen una solución tan rápida como espectacular de las dificultades económicas, mientras que en realidad dejan a las personas en una situación aún más grave y difícil”. En España, el 0,7 % de la población es adicta al juego, una enfermedad agravada por la legalización del juego a través de internet, según un reciente estudio de la Universitat de Valencia.
Monseñor Juan Antonio Reig Pla afirmaba proféticamente en una de sus cartas el año pasado respecto a Eurovegas: “¿Inversiones y trabajo? Sí, pero no a cualquier precio. No todo vale cuando está en juego la dignidad de la persona, el bien de la familia y la “ecología social del trabajo”. En algunas circunstancias se puede tolerar el “mal menor”, pero nunca puede ser promovido, tampoco por la autoridad. La misión de las autoridades es salvaguardar el bien común, el primado de la persona y la auténtica “ecología humana y social”. Con “Eurovegas” en España ¿ganamos o perdemos?”.
Cartas de obispos sobre el proyecto Eurovegas:
Mons. Juan Antonio Reig Pla, Obispo de Alcalá de Henares
«¿Ganamos o perdemos con Eurovegas?» 24-06-2012
Mons. Agustí Cortés Soriano, Obispo de Sant Feliu de Llobregat
«Interrogantes sobre “Eurovegas”» 20-06-2012
Mons. Casimiro López Llorente, Obispo de Segorbe-Castellón
«El fin no justifica los medios» Junio de 2012
Conferencia Episcopal Tarraconense
«Apoyo a la declaración de Mons. Cortes» Julio de 2012
Nota del Obispado de Getafe ante Eurovegas
«Nos preocupa, nos compromete» Febrero de 2013