El cristiano está llamado a ser valiente en su debilidad. Es lo que ha destacado el Papa Francisco en la Misa del 2 de julio de 2013 en la Casa Santa Marta del Vaticano.
El Papa ha afirmado que, a veces, debemos reconocer que somos débiles y por tanto, debemos huir sin nostalgia del pecado, sin mirar atrás.
Actuar con lentitud, mirar atrás, tener miedo y volvernos al Señor, a la gracia del Espíritu Santo.
En su homilía, el Papa Francisco se detuvo en los cuatro “comportamientos posibles en las situaciones de conflicto, en las situaciones difíciles”.
El difícil distanciamiento del mal
El primer comportamiento es el de la “lentitud” de Lot. Este, observó el Papa, estaba decidido a dejar la ciudad antes de que fuese destruida, pero lo hace muy lentamente.
El ángel le dice que huya pero en él estaba la “incapacidad de distanciarse del mal, del pecado”.
Nosotros, añadió, queremos salir, estamos decididos, pero hay algo que nos retiene” y así, al final, Lot se pone a negociar con el ángel:
¡Adelante!
El ángel, añadió, dice “no volver la vista atrás”, huir y mirar hacia delante.
Aquí, dijo, hay un consejo para vencer la nostalgia del pecado. Pensemos en el Pueblo de Dios en el desierto, destacó: “tenía todo, las promesas, todo”.
Y sin embargo “tenían nostalgia de las cebollas de Egipto” y esta nostalgia les hacía olvidarse de que aquellas cebollas las comían en la mesa de la esclavitud”.
Existía “la nostalgia de volver, volver”. Y el consejo del ángel, observó el Papa, es sabio: ¡No miréis atrás! ¡Sigue adelante!”.
No debemos hacer como la mujer de Lot, “debemos cortar toda nostalgia, porque existe también la tentación de la curiosidad”.
"No tengáis miedo"
La tercera situación se da sobre la barca: es el miedo. Cuando viene una gran agitación en el mar, la barca estaba cubierta por las olas. ‘¡Sálvanos, Señor, estamos perdidos!’, dicen ellos. ¡El miedo!
"También esta es una tentación del demonio: tener miedo de continuar en el camino del Señor”.
Existe la tentación de quien dice que “es mejor quedarse aquí”, donde estoy seguro. “Pero esto –advirtió- es el Egipto de la esclavitud”.
“Tengo miedo de ir hacia delante –afirmó el Papa- tengo miedo de a dónde me quiere llevar el Señor”.
El miedo, “no es un buen consejero”. Jesús, añadió, “muchas veces dijo: ‘¡No tengáis miedo!’. El miedo no nos ayuda”.
Dios salva
La cuarta actitud, destacó, “es la gracia del Espíritu Santo”. Cuando Jesús hace volver la bonanza sobre el mar agitado, los discípulos en la barca están llenos de estupor.
“Siempre, ante el pecado, la nostalgia, ante el miedo, afirmó, debemos dirigirnos al Señor”.
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