La Iglesia ofrece voz y consuelo a los que sufren la soledad del barcoEl martes 16 de julio, fiesta de la Virgen del Carmen, se celebra el Día de las Gentes del Mar. En el programa El Espejo de la Cadena COPE, Alberto Sirvent, director del Secretariado de la Pastoral del Mar de la Conferencia Episcopal Española explica las dificultades actuales de la vida del mar y las pocas ayudas que reciben: “Mantenerse las familias pescadoras en estos momentos está siendo algo difícil, muy difícil”.
“El Apostolado del Mar es voz de los que no tienen voz, de los que están en las bodegas de un barco ocho meses y parece que si abren la boca…”, explica Alberto Sirvent: “Desde el voluntariado y las capellanías se les acompaña, apoya, consuela y se denuncia dentro de lo que puede”.
¿El viaje del Papa a Lampedusa es un remar adentro con el sufrimiento del mar?
Claro que sí. Este remar mar adentro tiene muchos rostros. Tiene los rostros de tantas familias que se mueven por el mar y sufren el olvido, de tantas personas que sufren la injusticia y sufren a veces el abuso de nuestra sociedad que ha olvidado esos valores del Evangelio. Nosotros queremos con el lema de este año (“Rema mar adentro. Por tus palabras echaré las redes”) afianzar el anuncio del Evangelio centrándolo en Cristo, como es obvio.
La sociedad del bienestar nos engaña con la falsa idea de que podemos asegurar todas las cosas. ¿Las gentes del mar son un testimonio vivo de que no podemos tener tantas seguridades y que la vida al final, siempre, es una aventura?
La gente del mar es muy especial porque vive cada día su trabajo en una situación de riesgo muy grande. Tienen una cultura, una vocación, una religiosidad y un humanismo que da muchas lecciones. El año pasado, sin ir más lejos, por estas fechas celebrábamos la misa de la Virgen del Carmen desde la Fragata Juan de Borbón y el mismo comandante del barco se jugó el puesto por salvar una patera.
Desde todos los ámbitos marineros, es gente que impresiona mucho. Estamos muy agradecidos y les pedimos que sigan dando este testimonio en época de crisis, en un momento donde la gente tiene la tentación de “echarse al barro”… donde vale todo. Todo no vale. Ellos sostienen la esperanza, porque luchan contracorriente en su trabajo desde muchos ámbitos.
¿Cómo les está afectando la crisis?
La crisis está afectando en desguaces de barcos. Las políticas en vez de favorecer esta vocación y esta pesca lo que favorecen es lo contrario. Mantenerse las familias pescadoras en estos momentos está siendo algo difícil, muy difícil.
El Papa Benedicto XVI hablaba en el discurso ante el Congreso del Apostolado del Mar de las incertidumbres del futuro, del cambio climático, o de la explotación excesiva de los recursos. Son muchas cosas las que afectan al mar…
El abuso hace que el equilibrio, el orden, el trabajo o las leyes se quiebren, se fragmenten y se entre en un juego que deteriora el marco legal y que al final lo pagan los más humildes. El Apostolado del Mar es voz de los que no tienen voz, de los que están en las bodegas de un barco ocho meses y parece que si abren la boca…
Desde el voluntariado y las capellanías se les acompaña, apoya, consuela y denuncia dentro de lo que puede. Lo hemos constatado el pasado noviembre en el Congreso Mundial de Apostolado del Mar en el Vaticano. Se ha visto que con un poquito aquí o un poquito allá se pueden hacer muchas cosas y estar al lado de las gentes del mar. Es una obra muy bonita y con muchas esperanzas.
En otra época la evangelización llegaba a través del mar. ¿Hoy es tan importante el mar en la evangelización?
Uno de los datos que constatábamos en este encuentro era ese, que por el mar se mueve muchísima, muchísima gente que pasan horas y horas, incluso meses y meses en un barco, con muchas soledades… Es el caso por ejemplo de la Marina Mercante, que es otra vía de nuestro apostolado. Desde el Apostolado del Mar hay contacto, hay encuentro, hay visitas a los bracos cuando atracan en los puertos. Es una labor preciosa la de estar en primera línea.
Junto a ello están las capellanías, por ejemplo, en los cruceros o la presencia de los diaconados permanentes. Se está trabajando la posibilidad de que los obispos puedan nombrar y alcanzar diáconos, que junto con el voluntariado permita que nos podamos acercar a estas personas del mar que viven muchísimas horas de soledad.
Otra de las características del Mar es el cariño a la Virgen del Carmen a la Stella Maris, la Reina de los Mares…¿Por qué?
La Virgen del Carmen desde el Monte Carmelo ha estado ahí cerca de la gente del Mar. La tienen como Patrona. En todos los barcos hay una virgen del Carmen. Para ellos es guía, es luz y por eso nuestra obra es una obra, que a pesar de la secularización, está abierta a la fe gracias a María. Con ella se pasa mucho mejor esta soledad de las gentes del mar.
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