Tres propuestas: mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios y vivir con alegríaLos jóvenes no necesitan sólo bienes materiales; necesitan mucho más que se les ofrezca una memoria, el corazón espiritual del pueblo al que pertenecen. Así lo dijo hoy el Papa Francisco, en el Santuario de Nuestra Señora Aparecida, durante la homilía de su primera Misa en esta Jornada Mundial de la Juventud.
La cita de hoy era muy significativa pues constituía la vuelta, ahora como Papa, del cardenal Jorge Mario Bergoglio, uno de los obispos cuyo papel en la Conferencia de Aparecida (mayo 2007) supuso un hito importante para la Iglesia en América.
El Papa llegó poco antes de las 9:45, en una mañana fría y desapacible, desde Río de Janeiro al aeropuerto de São José dos Campos, la ciudad cerca de Aparecida, adonde se trasladó en helicóptero militar.
En la explanada del Santuario esperaban ya miles de personas. El Papa la recorrió en papamóvil, deteniéndose hasta en cuatro ocasiones para besar y bendecir a unos niños pequeños.
El cardenal Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida y presidente de la Conferencia Episcopal de Brasil, en su saludo, quiso regalar al Papa una réplica de la imagen de la Virgen Aparecida: el color negro de esta imagen, afirmó, “ha sido interpretado como una referencia a los sufrimientos de los pobres y excluidos, especialmente del pueblo negro, a lo largo de la historia de Brasil”.
En la homilía, retomando el ideal programático que había anticipado ya a los periodistas en el vuelo a Brasil, el Papa afirmó que los jóvenes necesitan “sobre todo que se les propongan esos valores inmateriales”, la “espiritualidad, generosidad, solidaridad, perseverancia, fraternidad, alegría; son valores que encuentran sus raíces más profundas en la fe cristiana”.
“Es cierto que hoy en día, todos un poco, y también nuestros jóvenes, sienten la sugestión de tantos ídolos que se ponen en el lugar de Dios y parecen dar esperanza: el dinero, el éxito, el poder, el placer. Con frecuencia se abre camino en el corazón de muchos una sensación de soledad y vacío, y lleva a la búsqueda de compensaciones, de estos ídolos pasajeros”.
Ante esta realidad, el Papa propuso tres “actitudes” a los jóvenes: “mantener la esperanza, dejarse sorprender por Dios, vivir con alegría”.
Tener esperanza
Retomando la segunda lectura de la misa (la escena del Apocalipsis de la mujer y el dragón), el Papa afirmó que esta escena “no es de muerte, sino de vida, porque Dios interviene y pone al niño a salvo”.
“Cuántas dificultades hay en la vida de cada uno, en nuestra gente, nuestras comunidades. Pero, por más grandes que parezcan, Dios nunca deja que nos hundamos”, afirmó el Papa.
“Tengan siempre en el corazón esta certeza: Dios camina a su lado, en ningún momento los abandona. Nunca perdamos la esperanza. Jamás la apaguemos en nuestro corazón. El «dragón», el mal, existe en nuestra historia, pero no es el más fuerte. El más fuerte es Dios”.
Las sorpresas de Dios
La segunda recomendación del Papa a los jóvenes fue la de “dejarse sorprender por Dios”: “la historia de este santuario es un ejemplo: tres pescadores, tras una jornada baldía, sin lograr pesca en las aguas del Río Parnaíba, encuentran algo inesperado: una imagen de Nuestra Señora de la Concepción”.
“Dios nunca deja de sorprender, como con el vino nuevo del Evangelio que acabamos de escuchar. Dios guarda lo mejor para nosotros. Pero pide que nos dejemos sorprender por su amor, que acojamos sus sorpresas”.
La tercera recomendación fue la de vivir con alegría: “El cristiano es alegre, nunca triste. Dios nos acompaña”, afirmó. “El cristiano no puede ser pesimista. No tiene el aspecto de quien parece estar de luto perpetuo. Si estamos verdaderamente enamorados de Cristo y sentimos cuánto nos ama, nuestro corazón se «inflamará» de tanta alegría, que contagiará a cuantos viven a nuestro alrededor”.
Su propia sorpresa: vuelve en 2017
Al terminar la ceremonia, el Papa salió de la Basílica para bendecir a los fieles congregados fuera, y en un diálogo improvisado, en español (pues reconoció que no sabía hablar brasileño, anunció a los fieles que volverá a este lugar dentro de tres años, en 2017. Justo ese año se cumplen 300 años de historia del santuario.
"Le pido a la virgen que los bendiga a sus familias a sus hijos a sus padres a toda la patria", dijo entre ovaciones. "Ahora me voy a dar cuenta si me entienden. Les hago una pregunta: ¿una madre se olvida de sus hijos?" Ante los noes de los presentes añadió: "Ella no se olvida de nosotros, nos quiere y nos cuida y ahora le vamos a pedir la bendición".