Pero no el que filtra documentos del Vaticano…En la maleta de José María di Paola, el cura villero que el Papa Francisco recibió el pasado sábado, había también dos cartas escritas por él para dos jóvenes de la Villa 21. “Juan José, al que llaman El cuervo por que es fan del San Lorenzo y Milagros, que vivía en un container de basura”. Dos casos extremos, como recordó Di Paola a Tierras de América, dos vidas que se habían dado por perdidas y que están, sin embargo, en vías de recuperación en el Hogar de Cristo”. Hoy Juan José y Milagros han construido su familia, tienen un trabajo, tienen una casa, hijos (Milagros tiene dos) y ambos colaboran en la recuperación de otros jóvenes toxicómanos de la Villa
“Pertenecen al grupo de los primeros siete y Bergoglio les lavó los pies en la misa del Jueves Santo de 2008”, contó el padre Pepe. Además, dijo, antes de partir en el viaje que lo consagró Papa, Bergoglio tenía en su despacho dos fotografías de Juan José, una de cuando entró en el Hogar Hurtado, y una de después, de cuando salió”. Cuando supieron que el padre Pepe iba a encontrarse con el Papa, Juan José y Milagros le escribieron una carta personal al Papa. “Creo que se emocionará cuando la lea”, comentó Di Paola. Las palabras que ha publicado Juan José Jaime “el cuervo”, muestran que la previsión se ha cumplido.
“Queridos amigos, quiero contaros que esta mañana me ha sorprendido una llamada al móvil. Estaba en el trabajo con mi sobrina y una vecina y la voz al otro lado me ha dicho: “Ciao, Cuervo, ¿Cómo estás? Era el Papa Francisco, un padre para mí, un amigo. Os cuento que en un retiro espiritual este amigo me dijo que Jesús me había tendido la mano, que yo podía cogerla y es lo que intento desde entonces. Me ha sorprendido cuando me ha preguntado por mi querida suegra Mirta. Cuando le he dicho que ya no estaba entre nosotros me dijo que celebraría a misa vespertina por ella. Estos son los gestos que hacen grande a una persona. Me ha dicho que me daba su bendición y que la mandaba también a todos y a cada una de las personas a las que conozco. Un gran abrazo a la gente del Hurtado, a la de la parroquia de Luján y Caacupé. Y me ha pedido que rece por él”.
Tomado con permiso del blog Terre D'america, del periodista Alver Metalli