El representante del judaísmo argentino habla de su amistad con el pontíficeSe frecuentaban ya en Buenos Aires, y actualmente el papa Francisco considera al rabino Abraham Skorka un “hermano y amigo”, tanto que fue precisamente él uno de los primeros destinatarios de las ya famosas llamadas telefónicas, pocas horas después de la elección.
Hablando de cómo nació su amistad, en una entrevista a “Credere” (12 enero) el rabino cuenta: “En 1999, con ocasión de la fiesta nacional, había sido invitado al Te Deum como representante de la comunidad judía. Al final de la ceremonia, todos debían pasar a saludar al arzobispo y se nos recomendó que fuéramos breves. En mi turno, hice un veloz comentario sobre su homilía. Él, mirándome, hizo una broma sobre nuestra afición al futbol. Tomé esa frase como una puerta que se abría”.
Desde allí dieron vida a un diálogo sobre el patrimonio sapiencial de judaísmo y cristianismo, y sobre los grandes temas de la vida humana. Sus conversaciones de dos años y medio confluyeron en un programa de televisión de unos treinta episodios que fue emitido al mismo tiempo tanto por el Canal 21, la emisora de la archidiócesis de Buenos Aires, como en la emisora judía local Canal 10. Posteriormente nació un ensayo, El cielo y la tierra (Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 2010).
“Tras una derrota del River – escribe Bergoglio en el libro – me decidí a preguntarle si esa noche cenaría con cazuela de gallina”. El River Plate es el equipo del corazón del rabino (Bergoglio es del rival San Lorenzo), gallinas es el apodo con el que se nombra a sus hinchas, y la cazuela de gallina es un plato típico argentino.
Bergoglio quiso también que fuese el rabino Skorka quien escribiera el prólogo a El Jesuita (2010), el libro-conversación con Sergio Rubin y Francesca Ambrogetti, que se convirtió después en un best-seller mundial como primera biografía autorizada del nuevo papa latinoamericano.
Respecto a las novedades introducidas por el papa, el rabino Skorka afirmó: “Es lo que me esperaba, pero espero aún más”. “Cierto – añadió – su impacto en el mundo ha sido superlativo; impactan las iglesias y las plazas llenas. Incluso, tras su elección, hasta las sinagogas son más frecuentadas por nuestros fieles: Bergoglio está poniendo en práctica que ser hombres de fe significa ser hombres de esperanza”.
Según el rabino, que es rector del Colegio rabínico latino-americano, el pontificado de Francisco será marcado con una relación particular con el judaísmo, y recordó que, cuando en 2012, cincuenta años después del concilio Vaticano II, Bergoglio decidió distinguirle con el doctorado honoris causa en la Universidad católica argentina: era la primera vez en América Latina que el título se confería a un rabino. “Me dio el diploma – dijo a 'Credere' y sin micrófono me dijo: 'No sabes cuánto esperaba este momento!'”.