Unas religiosas explican cómo logran sacar adelante un colegio en un barrio humilde de Madrid (España)La hermana Catalina Moreno se asustó cuando llegó hace quince años a esta zona de Madrid, tras haber nacido en Ubeda y descubrir su vocación en Barcelona a los 15 años, porque pensaba que era socialmente muy conflictivo. Ahora está encantada con sus gentes y de la educación que prodigan porque, fieles al espíritu de su fundador, promueven la cultura entre los más necesitados, ya que “es un factor vital para que puedan salir de su situación”. Actualmente dirige el colegio del Ave María y, como otros muchos concertados, explica que tienen que arrimar fondos de la congregación para salir adelante y seguir en la zona. Por todo ello, subraya que “es evidente que los colegios concertados salen muy baratos para el Estado, porque le ahorran mucho dinero”.
-¿Desde cuando están en Vallecas el Colegio del Ave María, hermana Catalina?
Estamos aquí desde 1928. Yo llevo aquí 15 años. Cuando vine estaba asustada porque me imaginaba que era un barrio muy conflictivo, pero hoy estoy muy feliz y contenta de hacer la voluntad de Dios en este lugar: educar es la cosa más maravillosa.
-¿Cuántos alumnos tienen y qué líneas educativas desarrollan?
Tenemos 330 alumnos desde los tres a los dieciocho años y cubrimos la formación desde Infantil hasta Secundaria.
-Imagino que tendrán alumnos de todas las partes del mundo
Efectivamente, hay de muchas partes de Sudamérica, marroquíes, chinos…: el 60% son extranjeros; ¡esto parece la ONU!
-Me dice de que hay muchos marroquíes y este es un colegio católico…
Así es. Los padres saben que enseñamos doctrina católica, aunque prefieren traer a sus hijos porque aquí no les pegan, dicen, como en otros colegios.
-Ustedes son religiosas Avemarianas, ¿a qué obedece su dedicación a la enseñanza?
Nuestra misión, como dejó dispuesto nuestro fundador, el sacerdote valenciano Miguel Fenollera Roca, es educar a los más necesitados, a los más pobres. Es llevar la formación y la cultura a las clases populares porque es un factor vital para que puedan salir de su situación.
-El colegio está concertado con la Comunidad de Madrid, ¿es suficiente para salir adelante el dinero que reciben?
Aparte de pagar a los profesores, el concierto atribuye una cantidad insuficiente para mantener el edificio y los pagos de distintos servicios. No podríamos sobrevivir en Vallecas si no fuera porque nosotras ponemos dinero, ya que los padres colaboran económicamente muy poco, debido a que muchos están en paro o con situaciones personales muy complicadas. El colegio ayuda a los padres en becas de comedor para que los niños puedan alimentarse. Es evidente que los colegios concertados salen muy baratos para el Estado, porque le ahorran mucho dinero.
-¿Ha cambiado mucho el barrio en el tiempo que llevan aquí? ¿Cómo es su relación con la gente?
Vallecas se ha promocionado mucho en estos últimos años. Es cierto que la crisis está afectando mucho a esta zona, pero, tiempo atrás, mucha gente trabajadora ha podido comprar un piso, un coche…
En cuanto a nuestra relación con la gente, es muy buena. Llevamos mucho tiempo y esto se nota. A veces aparecen o nos llaman antiguas alumnas de más de 80 años para darnos ánimos y para decirnos lo mucho que se acuerdan de la formación que recibieron en nuestro centro.
-¿Observan cambios en el comportamiento de los chicos que vienen con respecto a años anteriores.
Por supuesto. Hoy en día, los padres no educan a sus hijos del mismo modo. Hay muchas familias desestructuradas, otras de maridos ausentes que se van con otras mujeres, sobre todo entre los sudamericanos, y todo esto se nota en que hay más indisciplina en los muchachos. En fin, es lo que el Señor nos manda y nos toca vivir con ello. Con todo, ¡educar es estupendo!
-¿Cuántas religiosas están en el colegio? ¿Tienen vocaciones para seguir con esta labor que llevan a cabo?
En el colegio, estamos seis hermanas. Vocaciones en España, no tenemos, de momento. En República Dominicana hay alguna posible vocación. Dios dirá lo que nos depara el futuro.