Situación peligrosa para los sacerdotes en Crimea
La situación de los católicos en Ucrania y en Crimea es dramática. Existe una gran preocupación por la tensión en Crimea: “La situación ahora es extremadamente peligrosa–dijo–, y todos nosotros esperamos que las fuerzas políticas occidentales puedan detener a Putin» explicaba a Vatican Insider el obispo de Odesa-Simferópoli, monseñor Bronislav Biernacki.
Hace un par de días el sacerdote Mykola Kvych, de Sebastópoli, fue secuestrado y dejado en libertad después de algunas horas. Según explicaba Radio Vaticana: Dos hombres armados de las fuerzas armadas pro-rusas vestidos de civil le abordaron en la parroquia de la Dormición de la Madre de Dios, en Silska Street 5, cerca del kilómetro 5 de la autopista de Balaklava. Finalmente el sacerdote fue puesto en libertad, pero se le acusó de formar parte de los grupos que han organizado revueltas.
En este clima de tensión y justo un día después de la celebración del referéndum para una posible anexión de Crimea a Rusia el Papa Francisco recibió al arzobispo mayor de la Iglesia greco-católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, a quien ya había visto semanas atrás cuando las protestas sociales en Kiev y otras partes del país pusieron en jaque al gobierno de turno.
Según informó la oficina de prensa de la Iglesia en Ucrania, monseñor Shevchuk "relató lo ocurrido en Ucrania en los últimos tres meses", y señaló que "la misión de la Iglesia greco-católica es estar con la gente y entre la gente”.
Durante el encuentro, el Papa Francisco manifestó su solidaridad por el sufrimiento y el peligro que amenaza a la nación, y brindó su bendición apostólica a todos los ciudadanos de Ucrania. La Iglesia Ucraniana mostro su apoyo durante las manifestaciones de los últimos meses y cuando las protestas se volvieron violentas la Iglesia se dedicó a permanecer junto a los manifestantes y atender a los heridos.
En aquellos momentos la Iglesia se mostró a favor del pueblo y todos los obispos buscaron la paz a través del diálogo y la reconciliación. En aquellos momentos en la Plaza Maidán de Kiev los manifestantes pedían celebra Misa en la calle. Esta presencia de la Iglesia ha sido tomada por parte de los grupos prorusos como un posicionamiento y a distintos sacerdotes se les acusa de organizar las revueltas lo que está ocasionando la incertidumbre y el pánico para muchos católicos.