Nos han creado la idea de que no hay nadie con fe y preocupado por la evangelización en sus muros
Confabulaciones varias… tramas e intrigas que conspiran en silencio… los agentes del mal se han encarnado y se respira un clima de recelo y confrontación. Mientras algunos ven que el poder se les diluye en sus manos, no se resignan a abandonar las posiciones de privilegio que consolidaron: todo se vale para lograr el cometido.
Una confabulación anónima y poderosa…
Si llegaste hasta aquí… seguro que estabas buscando algo raro que alimentara el morbo sobre “las riquezas del Vaticano” y las “oscuras trama de poder” que se esconden en su recinto.
Y la primera frase fue hecha adrede para que caigas en la trampa. Es que nos han creado la idea de que no hay nadie con fe y preocupado por la evangelización en sus muros. Y nosotros somos hijos de nuestro tiempo.
En realidad, no voy a hablar de eso ahora, pero si te interesa el tema te invito a que hagas click en este enlace.
Estás de nuevo aquí… te habrás dado cuenta de que tenemos un morbo especial para buscar datos ocultos sobre las intenciones más perversas que suponemos en nuestro prójimo.
Y los medios se aprovechan de ello suministrándonos material para que cultivemos todas nuestras íntimas sospechas. Material como el de este otro enlace al que te invito hacer click.
¿Volviste a caer? No te preocupes… la conversión es para todos, para vos y para mí también.
La historia de la foto de los pasillos
La foto sí es del interior del Vaticano. Allí estuve recorriendo sus pasillos. ¿Cómo llegamos allí? El año pasado estuvimos en España por dos convivencias con Pedro y nos hicimos una escapada a Roma.
El día que estábamos por visitar los Museos Vaticanos, una hermanita hablo con un obispo… que habló con un guardia… que nos introdujo por la puerta donde entran los diplomáticos… que nos hizo pasar a un edificio… y recorrimos largos pasillos (en un momento le pregunté si podía tomar fotos y me dijo: “sólo una”… y fueron “unas” varias)… y nos saludó otro guardia de traje… y otros pasillos… y nos saludó un guardia suizo… y subimos a un ascensor… y salimos a una sala… y cruzamos un pasillito… y… de pronto… estábamos en plena Capilla Sixtina (el momento de más belleza que he tenido en mi vida).
Pero esta es otra historia… No de confabulaciones sino de la vida de la Iglesia. Si todavía están buscando confabulaciones en el interior de los pasillos vaticanos, entonces, ahora sí, pueden hacer click en este link y las encontrarán.
Si caíste… dejá constancia en los comentarios… a todos nos hace bien algo de humildad.