Un gesto para demostrar su participación en el sufrimiento del pueblo palestino
Improvisado sí, pero no se puede decir que haya sido una sorpresa. El Papa Francisco se saltó el protocolo, mandó parar el papamóvil y descendió en Belén para rezar en silencio y observar el muro de separación existente entre esta ciudad y Jerusalén.
Era previsible que en algún momento el Papa Francisco decidiera parar y visitar el Muro de Belén y el lugar escogido fue en medio de su recorrido hacia la plaza del Pesebre.
Papa Francisco oró en silencio durante cinco minutos, acercó la cabeza y tocó con su frente el muro, sin pronunciar una sola palabra. "Este gesto ha sido para demostrar su participación en el sufrimiento de esta tierra pero lo hizo de manera silenciosa, orando como un símbolo del problema, de la visión que hay en esta tierra", afirmó en un briefing posterior con periodistas el portavoz vaticano, el Padre Lombardi.
El problema del muro en la vida cotidiana de los palestinos es algo que el Pontífice quiere conocer de primera mano y por ello el almuerzo se ha celebrado con un grupo de familias locales, algunas de ellas afectadas por la construcción de esta barrera de piedra en el valle de Cremisan, una ladera cristiana al sur de Belén.