6 claves
En la solemnidad de Pentecostés celebramos la venida del Espíritu Santo sobre los apóstoles y el impulso misionero de la Iglesia, es la fiesta del Apostolado Seglar y de la Acción Católica. Felicidades a todos, porque es nuestra fiesta.
La misma vida cristiana es por naturaleza apostolado (AA 1,2), nadie es espectador, somos actores de un programa de salvación trazado por Dios desde el mismo momento de la creación. El Padre nos llama a trabajar en su viña (Mt 20,1-16), es decir, en el mundo entero, porque debe ser renovado y transformado, según los designios de Dios.
Los compromisos del laico en la Iglesia los señaló el Papa san Juan Pablo II, se trata de las tareas pastorales donde la Iglesia está invitada a hacerse servidora del hombre, un itinerario iluminador para todo apostolado seglar, que actúa como fermento en el mundo.
En primer lugar, los laicos cristianos tienen que sentirse llamados a promover la dignidad de la persona y en este campo tenemos mucho trabajo que hacer, pensad en las personas o grupos humanos que se sienten descalificados por los nuevos ritmos de la vida y de nuestra sociedad.
Otro aspecto indicado por el Papa fue respetar el derecho inviolable a la vida, si somos imagen y semejanza de Dios, la vida merece respeto. Es urgente potenciar una educación que la defienda desde la concepción del ser humano hasta el último suspiro, rehusando todas las soluciones que promueven la muerte.
En tercer lugar, hacer valer la libertad para invocar el nombre del Señor. Esta llamada concierne especialmente a los países donde los cristianos son perseguidos o limitados en sus manifestaciones religiosas, pero pensemos también que en España existen muchas maneras de persecución a causa de la fe.
Cuarto, cuidar especialmente de la familia, sometida a tantas presiones. La familia conserva su vocación de ser un lugar de amor recíproco y de aprendizaje de la vida en sociedad.
Otro aspecto que a nadie le pasa desapercibido el papel que está realizando la Iglesia a través de Caritas y otros, pero la razón está en la solidaridad que nace de la caridad, la importancia de la valentía para salir de las comodidades e ir al encuentro de los hermanos necesitados y para que la Buena Nueva se siga anunciando a los pobres.
Otro tema necesario para el cristiano de hoy es la participación en la vida política para iluminarla desde el Evangelio y ofrecer a los conciudadanos la verdad y la justicia de Dios para construir un mundo nuevo.
Desgraciadamente la gente participa poco en los proyectos solidarios y de ayuda a los demás… en esto tendremos que dar cuentas a Dios, si nos hemos instalado en nuestro dulce desinterés.
El laico cristiano conoce la doctrina social de la Iglesia y trabaja por colocar al hombre en el centro de la vida económica y social, aunque lo que se lleva es que el hombre no importa, sólo se miden los resultados anuales, al hombre se le necesita para que gaste y consuma.
El santo Papa Juan Pablo II también destacó la tarea de evangelizar la sociedad, en esto los medios de comunicación juegan un papel importante, como factor de información.
Por monseñor José Manuel Lorca Planes, obispo de Cartagena
Artículo publicado originalmente por la agencia SIC