El resentimiento, agresividad, odio, rencor, deseo de venganza, enferman el espíritu, dañan el cuerpo y producen desequilibrio psicológico
Al igual que el cuerpo, el espíritu también se enferma al llenarlo de toxinas, en este caso emociones y sentimientos negativos. De ahí la necesidad de evitarlos o superarlos si ya están presentes.
Un estilo de vida saludable por ejemplo, contribuye a que el cuerpo pueda desarrollar adecuadamente sus funciones orgánicas, permite que todo marche como debe ser y hace que la persona se sienta vital, animada y alegre. Algo muy similar sucede con el espíritu, en este caso las emociones y los sentimientos son su alimento, y al mismo tiempo, su medicina. Tan importante es alimentarlo de pensamientos, emociones y actitudes positivas, como tan perjudicial es llenarlo de comida basura -sentimientos negativos-.
Sentimientos tóxicos que se deben superar
El resentimiento, agresividad, odio, rencor, deseo de venganza, enferman el espíritu, dañan el cuerpo y producen desequilibrio psicológico. Dichas toxinas pueden no damnificar al otro; pero sí perjudican mucho a quien las experimenta. Estas son más razones para erradicarlas:
- Al desearle el mal al otro, se está anhelando que el mal triunfe en el propio corazón.
- Esta pérdida de paz interior, repercute de forma directa en lo cotidiano, la vida se torna oscura, amarga, pesimista, melancólica e incluso depresiva.
- Enferman el espíritu y también el cuerpo.
- Por estar enfocado en este tipo de emociones, no se disfrutan las muchas otras cosas buenas que pueden estar sucediendo.
- Sin quererlo, se está fomentando la propia inseguridad.
- Es una pérdida de tiempo, pues toda la atención está puesta en odiar al otro, quitando tiempo valioso a la propia vida.
- Este tipo de sentimientos no conducen a nada bueno. Todo lo contrario, pueden convertirse en la mayor desgracia.
La cura: el perdón
El perdón es el único remedio para apabullar estos sentimientos negativos que alejan la felicidad, apagan las ilusiones, y destruyen la paz interior. El perdón trae consigo enormes beneficios. Al abrirse a éste se da vía libre para que la felicidad renazca, es darle un adiós decisivo a los problemas, es despertarse de la pesadilla del odio, del rencor, y se vuelve a ver la luz del amor, la alegría y la paz. Es el comienzo de una nueva vida dejando todas las cosas malas atrás.