Mensaje a Jorge Hernández, misionero argentino que permanece allí junto a las Hermanas de Madre Teresa
“He recibido noticias a través del Padre Mario Cornioli. Estoy junto a vos y a las hermanas y a toda la comunidad católica”, muestra el Papa Francisco al párroco de Gaza, Jorge Hernández (misionero argentino del Instituto del Verbo Encarnado) y a su comunidad. “Los acompaño con mi oración y cercanía. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide. Un abrazo. Fraternalmente, Francisco”.
Un mensaje corto, pero de gran calado por la situación que está viviendo el sacerdote argentino en Gaza: “Los crímenes están aumentando. Los niños pequeños comienzan a enfermarse por el miedo, el estrés, las ondas de choque, el ruido continuo. Los padres hacen todo lo posible para distraerlos para que esta cruda violencia no los abrume”, expresaba recientemente mediante una carta.
Las Hermanas de Madre Teresa con 28 niños discapacitados y nueve mujeres mayores bajo su cuidado se trasladaron a la parroquia porque la consideraban un lugar más seguro. Allí el padre Hernández cuida de todos ellos.
En la página web del Instituto del Verbo Encarnado muestra el siguiente testimonio:
“Hoy domingo hemos podido celebrar la Santa Misa, gracias a Dios, con la presencia, además de siete religiosas, de cinco valerosos hombres. Por lo demás edificante dadas las circunstancias.
Creo que ayer fue, hasta ahora, el peor de los días de esta guerra. Los cohetes no cesan de salir de aquí. Ya son varias las ciudades afectadas cerca de Tel Aviv y Jerusalén.
Y, por supuesto, la respuesta no se hace esperar. La continuidad e intensidad de los bombardeos aéreos, terrestres y marítimos es cosa de no creer.
Los objetivos de Israel superaron ya los 1300. Se cuentan más de 160 muertos (muchos de los cuales son niños) y cerca de 1000 heridos.
También tuvo lugar la primera incursión a Gaza, de un grupo comando marino israelí.
Desde hace ya tres días el ejército israelí mandó la evacuación de los habitantes de las zonas fronterizas con Israel. Allí, reparten anuncios escritos, además lo publican por TV y radio. Y la gente comienza a irse. ¿Dónde? A cualquier parte, no importa.
En la práctica, antes de bombardear una casa, el ejército israelí llama por teléfono emplazando a esa familia para que desalojen la vivienda. Luego del plazo establecido, esa vivienda es destruida.
A pesar de esto, Hamas exige a estos habitantes que vuelvan a sus lugares. “No es necesario dar espacio al enemigo sionista”, afirman públicamente. Creeríamos más bien sea para usar a la población como escudos humanos. Este es el llamado hecho desde algunas mezquitas durante el mes de Ramadán.
Lo cierto es que los crímenes se multiplican.
Desgraciadamente una familia cristiana se vio afectada al ser bombardeada la casa contigua a la suya. Ventanas rotas, humo, gritos, confusión fue el trágico escenario de la noche de ayer para esta familia.
Esto es lo que está sucediendo aquí. Nosotros estamos bien. Hay personas que han agradecido nuestra presencia aquí. Nos recuerdan cada tanto: “Ustedes no nos van a abandonar, ¿no es cierto?”
Sin embargo, ¡qué difícil que es encontrar la palabra justa, la palabra de aliento, la palabra de esperanza, el consejo oportuno! Supla Dios. Ciertamente que el Espíritu Consolador hará todo esto y mucho más en sus almas”.