Fundación de un nuevo camino hacia la vida religiosa en la diócesis de San Sebastián
No ha sido fácil, pero por fin se constituye a las “Hermanas de María Stella Matutina” como Asociación Pública de Fieles en vista a ser erigida como Instituto de Vida Consagrada (constituida según el can. 312, §1,3º del Código de Derecho Canónico).
Lo ha anunciado la diócesis de San Sebastián que explica que la sede de la asociación estará en el Monasterio de la Trinidad de Bergara, y que, en su nacimiento cuenta con 225 miembros de cerca de veinte nacionalidades.
Según explica la nota, “el 17 de junio el Cardenal Prefecto de la Congregación para los Institutos de la Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, acompañado del Secretario de dicha Congregación, visitó Bergara, donde se habían reunido un nutrido grupo de estas jóvenes. En el citado encuentro, el Cardenal Prefecto comunicó la autorización del Santo Padre para que estas jóvenes iniciaran su camino hacia la vida religiosa”.
Rápidamente se han elaborado los estatutos y el obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, ha procedido a su erección oficial. En sus Estatutos explican que “el carisma de las “Hermanas de María, Stella Matutina” es contemplativo, pero vivido en medio del mundo, es decir, sin clausura monástica; de ahí que permite una participación en diversos encuentros de evangelización”.
Difícil camino hasta ser oficialmente religiosas de nuevo
Las jóvenes pertenecían a la asociación de las Hermanas de San Juan y Santo Domingo, una asociación que fue disuelta por el Vaticano tras cometer “una grave lesión de disciplina eclesiástica”. Fueron problemas que acabaron en escisión y que motivaron la intervención de la Santa Sede en la orden.
El modo de actuar del comisario pontificio provocó que un nutrido grupo de hermanas enviaran en febrero al Vaticano una queja y algunas de ellas decidieran abandonar la orden. Unas cuantas llegaron a Córdoba, en España, invitadas por su obispo monseñor Demetrio Fernández. Allí las conoció el obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, que las invitó a formar parte del convento de las clarisas en Bergara.
Durante un tiempo las hermanas tuvieron que quitarse el hábito religioso como signo de obediencia a su disolución y durante este tiempo han estado a la espera de formalizar su situación.
Con la proclamación de las religiosas como asociación pública de fieles, en la diócesis de San Sebastián comienzan a darse importantes pasos para que “María, Stella Matutina” pueda ser una congregación.