Desde la ciudad de Jericó se puede ver el monte de las Tentaciones, que se yergue sobre Jericó a 350 metros de altura, hoy custodiado por monjes greco-ortodoxos.
Recibió este nombre a causa del episodio que tuvo lugar allí. Jesús fue tentado por el diablo inmediatamente después de su bautismo. Desde la cima de esta colina, Satanás mostró a Jesús todos los reinos y le ofreció el poder sobre ellos.
Los bizantinos construyeron un antiguo monasterio en el siglo VI. Más tarde, los cruzados en 1099 construyeron allí dos iglesias. El lugar fue adquirido por los ortodoxos en 1874, que después construyeron el monasterio que vemos hoy. Actualmente el monasterio está administrado por la Autoridad Nacional palestina, bajo la supervisión de los monjes ortodoxos.