¿Por qué creer que Dios se reveló en Jesucristo?Siempre me he preguntado por qué motivo necesitamos tener certeza de que el cristianismo es la verdadera religión y que nuestro Dios y su Hijo son las únicas divinidades en las que debemos creer.
Respuesta del Padre Athos Turchi, profesor de filosofía.
Antes que nada, supongamos que “Dios” existe. Pongamos un criterio porque de lo contrario no salimos de este punto: la fe religiosa es el instrumento que debe unir a los únicos dos seres que tienen valor absoluto: “el hombre y Dios”.
Esto quiere decir que la religión es para el hombre y no el hombre para la religión.
Después, si las religiones que están actualmente presentes en el globo terráqueo fueran todas verdaderas y válidas, significaría que ninguna religión es verdadera y válida.
Es un principio de racionalidad: cosas contradictorias se anulan. Las religiones al ser, de hecho, contradictorias entre sí, entonces ninguna sería válida.
La religión en este caso, como piensan muchos, sería solamente una asignatura para personas con complejo de inseguridad: siendo así, la religión que uno practica no tendría ningún valor.
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Si la fe religiosa tiene su valor y el hombre tiene necesidad, esto quiere decir que entre las religiones una sola es verdadera y válida. ¿Cuál? ¿Y las otras?
Hagamos una distinción entre el hecho de fe y la religión que de ella deriva.
La “fe” significa el cuerpo doctrinal (o credo), en el cual se tiene la fe. Los cristianos creen que existe un Dios uno y trino; los islamistas y los judíos en un Dios unitario; los hindúes en una multiplicidad de dioses; los animistas en una sacralidad (Mana), que permea el mundo y así sucesivamente.
Obviamente si existe aquello que, de alguna forma, todos entienden como divinidad, esa sería única, y no según las creencias.
Sería ridículo que Dios cambiara su existencia conforme aquello que alguien cree o piensa que es mejor. Por eso el dato de fe es uno y único, y así uno será el verdadero, y las confesiones diferentes serán falsas.
Todas las religiones que resultan de un Dios falso serían falsas. Por eso, serían falsas – si el Dios verdadero fuera el cristiano – el islam, el judaísmo, el hinduismo, etc.
Pero aquí es necesario hacer una consideración diferente a favor de la persona en buena conciencia.
La religión, o sea, el culto, la práctica que el hombre impone para relacionarse con Dios, es un instrumento y es instrumental la unión y la comunión con Dios. El instrumento puede ser adecuado, o inadecuado al propósito por el cual está hecho.
Aunque el hombre crea en un hecho doctrinal (Dios) falso, todavía la religión, que practica como instrumento, puede ser correcta y por eso válida, porque la esencia de una fe religiosa es unir al hombre con Dios.
Y aquel que, por ignorancia, cultura, sociedad, etc, no puede indagar sobre la verdad del Dios que venera, aunque adore a un Dios equivocado, todavía este Dios/equivocado puede dignamente sustituir a aquel verdadero.
Esto es porque lo que tiene valor no es el tipo de religión que se practica, sino la fe en su buena intención de adorar al Dios verdadero.
Así, la religión, que es el instrumento por el cual se llega a Dios es válida, incluso siendo falsa. Todo esto para salvaguardar a la persona humana, que es el valor primario de la salvación y el sujeto absoluto del encuentro con Dios.
A causa de tal valor absoluto y primario del hombre y su salvación, el error no puede ser considerado una falsedad.
Y cada religión, en cuanto instrumento de salvación, puede ser considerada válida para unir al hombre con el Dios en el que cree, incluso el falso, esto en razón de la conciencia inocente del fiel.
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Si seguimos los datos de la razón y de la lógica, el cuadro es diferente. ¿Cuál religión es verdadera? Si Dios existe, sólo él puede ser un modelo único, eso quiere decir que solamente una religión es la verdadera. ¿Cuál?
Por el principio arriba citado, que solamente el hombre es absoluto y cada religión es instrumento del hombre, este principio está salvaguardado solamente en la religión cristiana.
De hecho, es la única religión donde Dios salva, libera al hombre emancipando su humanidad gracias al propio hombre, y no por fuerza de prácticas externas que humillan al hombre y lo colocan en un segundo nivel, como si Dios considerara más válido a un animal que al hombre, o a una ley, o a un culto, o a una práctica, etc.
Justamente como dice san Pablo, si Dios para salvar a un hombre pidiera el sacrificio de un toro, abandonaríamos también a ese Dios, no nos sirve: un toro no puede valer más que un hombre. Pero Dios se relaciona con quien lo ama, directamente, en “espíritu y verdad”.
O sea, la ley “amar a Dios y al prójimo”, dada por Jesús, es la mayor y la única verdadera, porque no es una ley, sino un llamado para que el hombre sea plenamente humano. Esta es la verdadera salvación.
Dios se encarna demostrando aquello que nos decía: para Dios el hombre es muy valioso, considerado con un valor supremo, tanto que su hijo es igual a sí mismo, que no desprecia el hecho de entrar en su historia, en su casa, en su cuerpo. Este es un “verdadero” Dios.
Si, como decimos, el valor de una religión es el de unir al hombre con Dios, no existe religión mayor que la que adora a un Dios misericordioso con sus hijos, que Él mismo busca.
Por el contrario, un Dios que se coloca tranquilamente en su espacio sagrado a observar desde ahí el debate de sus hijos en medio de las olas del mal, sin hacer nada más que dejar advertencias y reglas, o pedir sacrificios difíciles, personalmente me deprime.
Con el Dios cristiano tenemos una religión “al contrario”: es Dios que es religioso con el hombre. El Dios cristiano es el único que tiene en el corazón la salvación del hombre y es el hombre que se solidariza y se compromete con los hombres demostrando que el único Dios es capaz de morir para salvar el bien más precioso que posee: sus hijos hombres y no solamente aquellos que son circuncidados, o que no comen cerdo, o que inmolan un carnero, etc.
Salva a “todos” aquellos que los aman y también a sus propios enemigos: hace salir el sol sobre buenos y malos. Este sí es un “Dios” y “verdadero”, para aquellos que están sólo mirando y juzgando.
La respuesta, por lo tanto, sigue el principio inicial. Si consideramos que la práctica religiosa (circuncisión, cumplimiento de las leyes, reglas, cultos e ir a misa todos los domingos) es más importante que el hombre, no sabría dar una respuesta válida, porque sería una religión que no me interesa. Esta es mi opinión.