Mauricio era un militar de élite romano que procedía de la ciudad egipcia de Tebas. De aquella provincia romana era la Legión Tebana, de la que era el legatus, legado (el cargo más alto). El nombre de Mauricio sugiere que era de tez oscura, posiblemente moro.
A través de san Euquero, obispo de Lyon (Francia), del siglo V, nos ha llegado una extensa narración del martirio que sufrieron tanto Mauricio como el resto de soldados de la Legión Tebana.
El emperador Maximiano Hercúleo ordenó, en los actuales Alpes suizos, combatir contra los bagaudos, que eran revolucionarios del Bajo Imperio (siglos III y IV d. C).
Pero Mauricio, como sabía que estos en la Galia eran mayoritariamente cristianos, se negó a pasarlos a cuchillo.
Maximiano entonces ordenó castigar a la legión (que podía ser de entre 3.000 a 6.000 hombres) matando a un buen número de ellos.
Por segunda vez les ordenó atacar y la legión se negó. Así que esta vez el emperador mandó ejecutarlos a todos, incluidos san Mauricio y sus subordinados san Exuperio y san Cándido, a quienes nombra el martirologio.
Víctor, que era un veterano, llegó en el momento en que acababa de suceder este episodio, y al conocer lo que había ocurrido manifestó que también habría querido morir como los heroicos soldados de la Legión Tebana. Enfurecido, Maximiano dio orden de que también fuera ejecutado.
Algunos historiadores cuestionan si se produjo este castigo diezmando a la legión por su desobediencia (ya que no era una práctica habitual en el siglo III) o bien se llevó a cabo una condena porque los de la Legión Tebana no querían adorar a los dioses paganos.
En cualquier caso, queda corroborado que hubo una gran matanza entre la Legión Tebana en Agaunum en el año 287.
El antiguo lugar que ocupaba Agaunum hoy es la Abadía de san Mauricio, en el cantón de Valais (Suiza).
San Mauricio (Maurice en francés y Moritz en alemán) es patrono de armeros, sastres, tintoreros y soldados de infantería, abogado contra los calambres y la gota.
También es patrón de la ciudad de Caracas, del Reino de Borgoña, de Saboya, del Piamonte y de Cerdeña.
Ha sido patrono de los reyes de la dinastía merovingia, lombarda y carolingia, de los emperadores del Sacro Imperio Romano Germánico, de las tropas alpinas, y sigue siéndolo de la Guardia Suiza.
Dios todopoderoso y eterno, que diste a los santos mártires Mauricio, Exuperio, Víctor, Cándido y otros soldados de la Legión Tebana, la valentía de aceptar la muerte por el nombre de Cristo: concede también tu fuerza a nuestra debilidad para que, a ejemplo de aquellos que no dudaron en morir por ti, nosotros sepamos también ser fuertes, confesando tu nombre con nuestras vidas. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amén.
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