El Pontífice les pidió hablar claro, indicando que él no censurará sus palabras e ideas
El Pontífice habló este lunes en la primera Congregación general de la III Asamblea general extraordinaria del Sínodo de la familia, que se llevara acabo hasta el próximo 19 de octubre en el Vaticano, con palabras de gratitud a los presentes, pero además llamándolos a expresarse sin miedo a censuras.
El Santo Padre se dirigió a los Padres Sinodales y les llamó a ‘caminar juntos’. Al mismo tiempo, les pidió hablar claro, indicando que él no censurará sus palabras e ideas. De hecho, el acompañamiento del Papa es garantía de la custodia de la fe. Les invitó a hablar sin excusarse, con transparencia, expresando lo que se siente, considerando los temas de la Tercera Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de la familia que tiene como lema: “Los desafíos pastorales de la familia en el contexto de la evangelización”.
“Una condición general de base es esta: hablar claro. Nadie diga: ‘Esto no se puede decir; pensará de mi esto o esto…’. Se necesita decir todo lo que se siente con parresía”, afirmó.
En una parte de su discurso, habló a los presentes como “hermanos”, y les llamó a “colaborar todos juntos para que se afirme claramente la dinámica de la colegialidad (sinodalidad)”.
El Papa ha confirmado la libertad de pensamiento de los Padres Sinodales para seguir la inspiración de Dios y no la censura humana. En este sentido, propuso un ejemplo concreto: “Después del último Consistorio (febrero 2014) en el que se habló de la familia, un cardenal me escribió diciendo: lástima que algunos cardenales no hayan tenido la valentía de decir algunas cosas por respeto al Papa, creyendo tal vez que el Papa pensaba de manera distinta”.
Con énfasis, continuó diciendo: “esto no es bueno, esto no es sinodalidad (colegialidad), porque se necesita decir todo lo que el Señor nos inspira: sin respeto humano, sin timidez. Y al mismo tiempo se debe escuchar con humildad y acoger a corazón abierto lo que dicen los hermanos. Con estas dos actitudes se ejerce la colegialidad”.
Entretanto, exhortó a la humildad y al diálogo abierto. “Por esta razón, les pido que, por favor, estas actitudes de los hermanos en el Señor: hablar con parresía (franqueza) y escuchar con humildad.Y hacerlo con tranquilidad y paz, porque el Sínodo se desarrolla siempre cum Petro et sub Petro (con Pedro y bajo la autoridad de Pedro), y la presencia del Papa es la garantía para todos y la salvaguardia de la fe”, aseveró.
Asimismo, agradeció a los cardenales, patriarcas, obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y laicas por su participación debido a que “enriquecen los trabajos y el espíritu de la colegialidad y de la sinodalidad para el bien de la Iglesia y de las familias”.
Precisamente, el Papa Francisco en su homilía dominical de apertura al Sínodo había invitado a los obispos a trabajar en la “viña del Señor” pidiendo no frustrar el plan de Dios sobre la familia. “Las Asambleas sinodales no sirven para discutir ideas brillantes y originales, o para ver quién es más inteligente… Sirven para cultivar y cuidar mejor la viña del Señor”, aseguró.