Lo dice el patriarca de los caldeos Sako, que añade: “Los sacerdotes que no vuelvan serán suspendidos “
Con ocasión del Consistorio que el Papa Francisco ha querido dedicar sobre todo a la dramática situación de Oriente Medio, con particular atención a Siria e Irak, Aleteia ha entrevistado al patriarca caldeo de Bagdad, Louis Raphael I Sako, quien ha participado en el encuentro junto a otros 86 cardenales y patriarcas de las iglesias católicas orientales.
– Durante el Consistorio ¿qué peticiones ha hecho usted en apoyo de su comunidad?
Por primera vez me he dirigido al Papa Francisco: él es el papa de todos los cristianos. Quienes más necesitan de él son el “pequeño rebaño” en Irak, en Siria. Nuestra gente necesita su palabra de consuelo y de aliento. Le he pedido que escriba un mensaje personal, una pequeña carta pastoral, como hacía el apóstol Pablo a las primeras comunidades cristianas, para exhortar a los cristianos a perseverar.
– ¿Y no le ha pedido que venga en persona?
Cierto. Aunque sea sólo un día. Una visita breve. Su presencia nos dará apoyo ante el gobierno, ante las autoridades musulmanas. También la gente dirá: “ves, los cristianos no están olvidados o aislados”.
– ¿Qué ha respondido el Papa?
"Yo estoy dispuesto”. En todo caso, en estos días escribirá una carta.
– ¿Cómo ha descrito en el Consistorio la situación de los cristianos en Irak y Oriente Medio?
La presencia cristiana está amenazada: corremos el riesgo de desaparecer. Estamos oprimidos y obligados al éxodo. Esta forma de terrorismo de ISIS borra a todos, especialmente a los cristianos. Se trata de una ideología cerrada, que se afirma con la violencia. La gente vive en el pánico, por eso la Iglesia, pero también la comunidad internacional – he pedido a las conferencias episcopales de todo el mundo para que intervengan ante sus gobiernos en este sentido – debe proteger a las minorías y una presencia cristiana histórica, tiene un papel de diálogo y mediación entre las distintas comunidades.
– En el encuentro de hoy se ha hablado de la dificultad de los obispos frente a una situación tan difícil donde la vida está en riesgo, de aconsejar a los cristianos que emigren o se queden: ¿usted qué dice?
Nosotros estamos allí desde hace dos mil años: tenemos una misión y un papel y si hay un futuro para la Iglesia llamada Iglesia caldea, no es en la diáspora, sino en Irak. Si todas las familias se van y también los sacerdotes, toda la historia y el patrimonio cristiano caldeo se borrará. Se producirá una ruptura con dos mil años de historia. Hay un futuro, hay un porvenir para los cristianos si permanecen unidos. Es necesario que tengan valor para decir las cosas con claridad y reivindiquen sus derechos. ¡No todos los musulmanes son el ISIS! Me reúno continuamente con los responsables religiosos y civiles, y quieren ayudarnos. Es una situación muy mala, pero no durará. Es necesario tener paciencia y perseverar. ¿Qué quiere decir esperanza cristiana si en lo concreto no la vemos? Es necesario ayudar a los cristianos a quedarse. Esta “Pasión” pasará.
– ¿Por esto ha enviado una carta de llamada a los sacerdotes y a los religiosos que se han ido a Irak sin pedir permiso a los superiores, exigiéndoles que vuelvan antes del 22 de octubre?
Los sacerdotes que han escapado sin ningún documento canónico animan a otros a irse, y también a sus familias. Han pedido asilo en los países occidentales, mientras que otros se han quedado, fieles a su pueblo. No hay justicia en esto. Si nosotros no ponemos límites, otros se irán y la Iglesia y el país se quedarán sin cristianos.
Nosotros tenemos una vocación. Un cura se ha entregado al Señor y al servicio: no debe buscar su libertad, su seguridad. Su futuro es la fidelidad a Cristo y a la gente, no en América o en Australia.
Uno dice tener la ciudadanía de estos países, pero ¿qué tiene que ver con el sacerdocio? Hay también seis monjes: un monje ha hecho la elección de la vida comunitaria. ¿Cómo puede dejarla e irse de párroco a Estados Unidos sin permiso de su superior?
– ¿Qué sucederá si no vuelven?
Serán suspendidos. Nosotros somos pastores y debemos dar buen ejemplo a nuestra gente, debemos servir al rebaño.
– Hoy Turquía ha decidido intervenir de modo más directo, autorizando el paso de los peshmerga kurdos y hay una coalición internacional que trabaja: ¿cree que este es el camino para resolver el problema del ISIS?
No creo, Bombardear no resolverá el problema. Hay discursos un poco desalentadores sobre la prolongación de las operaciones militares: se dice que harán falta dos años o cinco. Significa decir a las familias refugiadas que no pueden volver a sus casas y que tienen que irse. Y es como decir al ISIS: aún tenéis tiempo.
Son necesarias operaciones de tierra, pero también una estrategia para desmontar esta ideología y cambiar los programas de educación religiosa y de historia, hablar de forma más abierta y moderada del Islam. Esto toca a los musulmanes: llevar a cabo una nueva lectura del Islam y buscar un mensaje para la gente de hoy y un sentido para su vida. El ISIS mata también a los musulmanes moderados, y un Islam cerrado no tiene futuro.
En cambio, es necesario trabajar juntos en un proyecto de ciudadanía que deje a la religión como una elección personal. ¿Por qué poner la religión en el carnet de identidad? Hoy somos valorados según la religión, y algunas son de serie “a” y otras de serie “b”. No es justo. Sobre esto hemos empezado ya un diálogo con las autoridades musulmanas. El fundamentalismo es un peligro para los musulmanes tanto como para los cristianos. Un desafío para todos.