"Toda la ley divina se resume en el amor a Dios y al prójimo", dijo el papa Francisco al rezar el Ángelus el 26 de octubre de 2014.
El Papa comentó el Evangelio en que algunos fariseos pusieron a prueba a Jesús (Mateo 22,34-35).
Un doctor de la ley aborda esta cuestión: "¿Maestro, en la ley, ¿cuál es el gran mandamiento?".
Jesús, citando el libro de Deuteronomio, responde: "Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el primer y gran mandamiento"
"Y podría dejarlo aquí", opina Francisco. "En cambio Jesús añade algo que no había sido solicitado por el doctor de la ley. De hecho, dice:
"El segundo es así: Amarás a tu prójimo como a ti mismo".
Lo nuevo de la ley de Jesús
Francisco destacó que Jesús no se inventa estos mandamientos, pero sí hace algo nuevo.
"Su novedad es unir estos dos mandamientos: el amor de Dios y el amor del vecino, revelando que son inseparables y complementarios, son dos caras de una misma moneda".
Tú puedes mostrar a Dios al mundo así
Francisco dijo que el papa Benedicto XVI dejó un buen comentario al respecto en su primera encíclica Deus caritas est (núms. 16-18).
"De hecho, el signo visible que el cristiano puede mostrar a presenciar al mundo el amor de Dios es el amor de los hermanos", añadió.
"El mandamiento del amor a Dios y al prójimo es el primero no porque esté en la parte superior de la lista de los mandamientos", explicó Francisco.
"Jesús lo pone en la parte superior, pero en el centro, porque es la base de que todo debe ir, y que todo tiene que volver a hacer referencia", indicó.
Cuidar
"Ya en el antiguo testamento para ser santos, a imagen de Dios que es santo, también se incluyó el deber de cuidar de las personas más vulnerables como el extranjero, el huérfano, la viuda.
Jesús finaliza este acto de Alianza, que une en sí mismo, en su carne, divinidad y humanidad, en un misterio de amor.
Ahora, a la luz de la palabra de Jesús, el amor es la medida de la fe y la fe es el alma del amor".
"No podemos separar la vida religiosa del servicio a los hermanos de esos encuentro con los hermanos concretos", advirtió Francisco.
"Ya no podemos compartir la oración, encuentro con Dios en los sacramentos, por escuchar al otro, por la proximidad a su vida, especialmente a sus heridas".
En medio de la espesura del bosque de los preceptos y requerimientos –los legalismos de ayer y hoy– Jesús tiene una herida que le permite ver dos caras: la cara del padre y la de su hermano.
Hay dos fórmulas de entrega o dos preceptos, pero dos caras, de hecho sólo un rostro a Dios que se reflejaban en muchas caras, porque frente a todos sus hermanos, especialmente el más pequeño, frágil y desvalido, existe la imagen de Dios.
La ley del amor
"De esta manera Jesús ofrece a todos los hombres el criterio fundamental en que se establece en sus vidas", apuntó Francisco.
"Pero sobre todo nos ha dado su Espíritu, que permite a amar a Dios y al prójimo como él, con el corazón libre y generoso", destacó.
Y acabó pidiendo a la Virgen María , nuestra madre, abrir "nuestros corazones para recibir este regalo, caminar en la ley del amor".
Aquí algunas grandes frases de santos sobre el amor: