De la “calle del cartucho” a una pasarela
Colombia a pesar de tener una economía dinámica y estar haciendo esfuerzos por acabar con el conflicto armado en todo el país, no deja de ser uno de los países más desiguales de la Región. Se dice que en la capital, Bogotá, viven cerca de 9.000 personas en la calle.
Una de las zonas más reconocidas no sólo en la capital sino en todo el país, es la famosa Calle del Cartucho, que en la actualidad alberga a cientos de personas adictas a las drogas. No por gusto es el lugar de mayor expendio de drogas.
Esta calle ubicada en el centro de la ciudad limita con el centro comercial Sabana Plaza, empresa que tuvo la iniciativa de un Desfile de Modas con la intención de incluir a sus “vecinos” y sumarlos de esa manera a una nueva cultura, más humana. Jorge Alberto Villalobos, gerente del centro comercial comentó a The Associated Press: “Nos dimos cuenta de que el problema más grande que tenía este centro comercial y sus alrededores era el entorno, eran los habitantes de la calle, ya que generan desaseo, había basureros, hacían sus necesidades biológicas a las espaldas del centro comercial y quisimos poner esto, lo de las pasarelas, como una oportunidad.”
El Desfile
Seis fueron los que quedaron del proceso que se inició con 10 habitantes de la calle y que sin pensar en las consecuencias para su vida aceptaron la invitación y se dieron la oportunidad de andar con dignidad por las pasarelas del centro comercial. Toda la preparación les ha permitido recordar y añorar una vida digna. "Estando aquí practicando el modelaje me hace recordar muchas cosas chéveres y me da nostalgia, pero esto son pasos para volver a reorientar mi vida; antes de meterme en la droga vivía en mi casa, con mis padres”, dijo Viviana, mujer de 36 años que hace 22 años consume droga.
En busca de una vida digna
Las palabras de Villalobos a El Tiempo son alentadoras: “Se trata de un proceso inicial de inclusión social en que se ha comprometido el centro comercial para sacar adelante a los habitantes de calle, ya que son seres humanos”, puesto que deja entrever el interés verdaderamente humano. Y es que muchas de estas personas que ya están por varios años metidas en las drogas se han acostumbrado a una vida poco humana, y en muchos de los casos su preocupación por sobrevivir les lleva a tener comportamientos más bien de animales, lo que les aleja del verdadero sentido de su existencia y del valor incalculable que tiene su vida. Como muestra de un botón: ninguna de los seis habitantes de calle tenía documento de identidad; a raíz del proceso de rehabilitación que han iniciado la Registraduría Nacional del Estado Civil les dará su respectivo documento, esto les ha motivado mucho puesto que es un reconocimiento por parte de la sociedad de que ellos son alguien. Han coincido estos “nuevos modelos” que quieren dejar las drogas y tener una vida digna.