Su libro “¿Bautizarías a un extraterrestre?”, premiado ejemplo de divulgación científica
Si te encontraras con un extraterrestre del espacio exterior, ¿le invitarías a las catequesis y le bautizarías en la Vigilia de Pascua?
Esta es la pregunta planteada por el hermano Guy Consolmagno, nacido en Michigan (EE.UU.), astrónomo jesuita y científico planetario, en su último libro: “¿Bautizarías a un extraterrestre?” El libro, escrito en colaboración con el padre Paul Meuller, S.J., habla sobre una cuestión, a la vez seria y simpática, de estos astrónomos del equipo de la Specola Vaticana, y revela cómo la ciencia y la fe miran a los mismos asuntos desde perspectivas diferentes pero complementarias.
La pregunta es seria. El Papa Francisco habló de lo mismo en una homilía en mayo de 2014, cuando preguntó: “Si mañana viniese una expedición de marcianos, por ejemplo, y algunos de ellos vinieran a nosotros, marciano, ¿eh? Verdes, con la nariz y las orejas largas, como los pintan los niños… Y uno de ellos dijese: ‘Quiero bautizarme’. ¿Qué sucedería? "
El Papa estaba explicando que todo el mundo tiene un "derecho" a recibir el Espíritu Santo, incluso aquellos que, como grandes alienígenas verdes, no se parecen en todo a nosotros.
Esta semana, en el 46th encuentro anual de la American Astronomical Society’s Division of Planetary Scientists en Tucson, Arizona, el hermano Guy Consolmagno recibirá uno de los más prestigiosos galardones de la astronomía, la medalla Carl Sagan. El reconocimiento fue creado en 1998 en conmemoración del astrónomo Carl Sagan, cuya popular serie de TV “Cosmos” ayudó a generar entusiasmo por la ciencia y los viajes espaciales. La Medalla “reconoce y honra la comunicación significativa de un astrónomo al público general, y se otorga a científicos cuyos esfuerzos hayan contribuido significativamente a una comprensión general de la astronomía y al entusiasmo por ella”.
El hermano Guy es el primer fraile en recibir la Medalla Sagan. La American Astronomical Society, al anunciar el galardón en julio, dijo que Consolmagno "ocupa una posición privilegiada en su profesión como portavoz creíble de honradez científica en el contexto de las creencias religiosas".
Consolmagno es uno de los doce astrónomos del Observatorio Astronómico Vaticano. Durante dos décadas fue supervisor de la exclusiva colección de meteoritos del Vaticano. Ha sido conferenciante en todo el mundo, y es uno de los cuatro jesuitas de la historia en haber dado nombre a un asteriode, —4597 Consolmagno, también conocido por los científicos como “Little Guy.”
Consolmagno es autor y coautor de varias obras, incluyendo la más reciente, "¿Bautizarías a un extraterrestre?" así como "Turn Left at Orion: Hundreds of Night Sky Objects to See in a Home Telescope—And How to Find Them," "God’s Mechanics: How Scientists and Engineers Make Sense of Religion," "The Heavens Proclaim: Astronomy and the Vatican," y "Brother Astronomer: Adventures of a Vatican Scientist."
El astrónomo vaticano Guy Consolmagno recibe la medalla Carl Sagan
On Being CC
Kathy Schiffer - publicado el 13/11/14
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?
Recibe Aleteia cada día.
Apoye Aleteia
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
- 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
- Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
- Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
- Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
- 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
- Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
- Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.