Este año, el Adviento discurre desde la tarde del sábado 29 de noviembre a la tarde del 24 de diciembre
“El Adviento es un tiempo de preparación para la Navidad, donde se recuerda a los hombres la primera venida del Hijo de Dios… Es un tiempo en el que se dirigen las mentes, mediante este recuerdo y esta espera a la segunda venida de Cristo, que tendrá lugar al final de los tiempos” (Misal Romano, Nº 39)
“El Adviento tiene una triple dimensión: histórica, en recuerdo, celebración y actualización del nacimiento de Jesucristo; presente, en la medida en que Jesús sigue naciendo en medio de nuestro mundo y a través de la liturgia celebraremos, de nuevo, su nacimiento; y escatológica, en preparación y en espera de la segunda y definitiva venida del Señor”.
“El Adviento, en su mismo término, en su palabra, es
y
… El Adviento es
tiempo de esperanza gozosa y espiritual. No es tanto un tiempo como la Cuaresma de penitencia, sino de gozo, de espera y esperanza gozosa. Toda la liturgia de este tiempo persigue una finalidad concreta: despertar en nosotros sentimientos de esperanza, de espera gozosa y anhelante”. (Vicent Ryan)
“El Adviento es
un tiempo atractivo, cargado de contenido, evocador, válido… Vivir el Adviento cristiano es revivir poco a poco aquella gran esperanza de los grandes pobres de Israel… Vivir el Adviento es ir adiestrando el corazón para las sucesivas sementeras de Dios que preparan la gran venida de la recolección, recolección exitosa para todos los que desde su lucidez o ignorancia aportan su lucecita de amor y de ternura…
La vida es todo Adviento o hemos perdido
la capacidad de que algo nos sorprenda grata y definitivamente… La esperanza es la virtud del Adviento.
Y la esperanza es el arte de caminar gritando nuestros deseos”. (Vicent Ryan)
Artículo originalmente publicado por Revista Ecclesia