Una representación solidaria del nacimiento de Jesús conmovió a un hombre disfrazado de Papá Noel/ Santa Claus. Y Bergoglio lo contó.
En la Misa de Gallo de 2010, el entonces cardenal Jorge Bergoglio relató una anécdota sobre cómo un hombre disfrazado de Papá Noel / Santa Claus, necesitó del pesebre para sentir “el espíritu de la Navidad”.
Decía el cardenal Bergoglio:
“Esta es la noche de las sorpresas. Alguno me dirá, como podemos en esta Ciudad buscar las sorpresas. Anteanoche pasó algo que a mí me conmovió. Estaban en el Obelisco los chicos en situación de calle, organizados por el Arzobispado, haciendo un pesebre viviente, y ahí en la otra esquina del Obelisco estaba un Papá Noel que saludaba y recibía cartas y en un momento cruzó y le dijo al que dirigía el pesebre viviente: dejame sentar acá porque quiero sentir el espíritu navideño. Se abajó, dejó su disfraz y asumió la realidad.”
El cardenal Bergoglio continuó su homilía invitando a un cambio de actitud:
“No te encubras ni de soberbio, ni de orgulloso ni de gritón, ni de dominador. No eso no te lleva a ganar. Abajate, jugá a la mansedumbre, jugá a la bondad revolvé entre la hojalastra de la vida y allí vas a encontrar eso que nadie entendía un niño recostado en un pesebre y envuelto en pañales. Así se encuentra a Jesús todos los días.
“¿Lo sé buscar, se abajarme para encontrarlo o me mareo en las mil y una propuesta de esta ciudad pagana? Porque realmente esta es una ciudad pagana. Y vos sabés que no te cobran entrada para encontrar a Jesús. Si querés entrá, simplemente, El necesita de tu libertad y que asumas la gratuidad de la salvación. Porque no hay otra explicación para este misterio de la Navidad que la gratuidad con la que Dios sale a nuestro encuentro”.
La iniciativa solidaria que conmovió a “Papá Noel” era sólo una de las muchas con las que en Buenos Aires se vive la Navidad. Numerosas iniciativas solidarias, muchas con epicentro en las parroquias, buscan comunicar la Navidad a la vez que responder a las necesidades los que más sufren.
Se destaca, entre otras, Nochebuena para todos, un equipo de mujeres que, en conjunto con Cáritas, lleva a las casas más necesitadas de distintas regiones (los destinos no se repiten) la solidaridad de muchísimas familias. “La caja es un verdadero encuentro entre las familias que preparan y las familias que reciben la cena de Nochebuena”, dicen las organizadoras. Algunas con nombre y apellido, las cajas contienen todo lo necesario para que en cada casa se pueda celebrar la Navidad.
La iniciativa se repite en distintas diócesis del país, en general en conjunto con Cáritas. Es, como dice una colega periodista que mucho tiene que ver con esta anécdota aquí relatada, uno de los frutos de la Iglesia en salida que por mucho tiempo promovió en estas tierras Jorge Bergoglio. Un fruto que, como aquel pesebre viviente protagonizado por niños en situación de calle, muestran a Papá Noel el espíritu navideño.