El pontífice le escribió al ex presidente de la Provincia de Cagliari, no creyente, que vive pegado a un respirador
“Es un consuelo saber que está viviendo su sufrimiento no con una airada rebelión sino como “prueba” de la calidad de su vida moral”, de esta manera monseñor Angelino Becciu, sustituto de la Secretaría Vaticana, a nombre del Papa, respondió a la carta de Walter Piludu, enfermo de ELA y ex presidente de la Provincia de Cagliari, que solicitaba una respuesta a su apelación: “¿Es humano obligar a una persona y a sus seres queridos a semejante lío de sufrimiento prolongado e indecible?”, abriendo así un debate sobre el final de la vida (Ansa, 28 diciembre).
Pegado al respirador
Piludu se dirigió “a la política”, recibiendo sólo una llamada de teléfono de Beppe Grillo y de ningún otro líder. “Desde la mitad del 2013 – explicó Piludu – estoy completamente inmovilizado, vivo con un tubo que une, 24 horas al día, mi nariz a un respirador mecánico, mis funciones vocales están fuertemente comprometidas, pues ya no tengo el reflejo defensivo de la tos, como y bebo siempre con el miedo que algo se atore, generando una terrible situación de sofocamiento” (L’Unione Sarda, 30 de noviembre).
Pietas cristiana y tolerancia
En una entrevista a La Repubblica (10 de diciembre), Piludu pidió “que la pietas cristiana encuentre la tolerancia de Voltaire. Como ex político, con ingenuidad y pasión pido a toda la política, que no se divida entre guelfis y ghibellinis, sino que tenga pietas, tolerancia y valor ético”.
El sentido de su existencia
La respuesta del Papa, escribe L’Unione Sarda (28 de diciembre) llegó en Navidad a través de monseñor Becciu, también sardo: “El Papa quedó impresionado por el hecho que usted, incluso en esta trágica situación y sin tener ninguna fe religiosa, logre dar aún un sentido a su existencia”.