El Pontífice pide evitar la tendencia a la aplicación literal de las leyes sin considerar el contexto de los valores y la fe en la intención matrimonial
El Papa Francisco recibió en audiencia a los abogados, prelados auditores y oficiales del Tribunal de la Rota Romana este viernes 23 de enero con motivo de la inauguración del año judicial.
Para la ocasión, el Papa reflexionó sobre el contexto humano y cultural en el que se forma la intención matrimonial.
No encerrar la salvación en el legalismo
El Pontífice exhortó a una mayor pasión en la misión de los jueces “por el bien de muchas parejas, y de muchos hijos, a menudo víctimas” de la crisis de valores.
Al respecto, dijo que se necesita una “conversión pastoral de las estructuras eclesiásticas para proporcionar el opus iustitiae a todos los que acuden a la Iglesia para que esta arroje luz sobre su situación conyugal”.
Y remarcó que la misión del juez es “no encerrar la salvación de las personas dentro de las constricciones del legalismo. La función del derecho se orienta hacia la salus animarum para que, evitando sofismas alejados de la carne viva de las personas en dificultad, ayude a establecer la verdad en el momento consensual”.
Por otra parte, analizando la crisis de valores en la sociedad, aseguró que no es nueva y recordó las palabras de Pablo VI dirigidas a la Rota Romana hace 40 años sobre las enfermedades del hombre moderno ”a veces vulnerado por un relativismo sistemático, que lo inclina ante las elecciones más fáciles de la situación, de la demagogia, la moda, la pasión, el hedonismo, el egoísmo, de modo que exteriormente intenta desafiar la ley, pero interiormente, casi sin darse cuenta, sustituye el imperio de la conciencia moral por el capricho de la conciencia psicológica” (31.01.1974).
En este sentido, el Papa aseguró que una falsa visión de fe desata un falso conocimiento del matrimonio” con consecuencias en la “voluntad nupcial”. En primer lugar, aseguró que gracias a Dios existen parejas que con fe sincera persiguen con tenacidad y fidelidad los “bienes del matrimonio”.
Entretanto, subrayó que la Iglesia conoce también los sufrimientos de tantas familias disueltas.
Validez del matrimonio
Así, recordó el cometido del juez llamado a realizar un análisis judicial cuando existen dudas sobre la validez del matrimonio ”para determinar si hay un defecto de origen del consentimiento, ya sea directamente por falta de buena intención, o por un grave déficit en la comprensión del matrimonio mismo que determine la voluntad”, aseguró.
La crisis del matrimonio -continuó-, “es realmente la crisis del saber iluminado por la fe, es decir, por el apego a Dios y a su designio de amor realizada en Jesucristo”.
Mundanidad espiritual y situaciones irregulares
El Pontífice realizó un análisis de la mentalidad mundana que atenta contra el matrimonio. ”La experiencia pastoral nos enseña que ahora hay un gran número de fieles en una situación irregular, cuya historia ha estado fuertemente influida por la generalizada mentalidad mundana”.
De hecho, “hay una especie de mundanidad espiritual, que se esconde detrás de las apariencias de religiosidad e incluso de amor a la Iglesia y que conduce a perseguir, en lugar de la gloria del Señor, el bienestar personal”.
De esta manera, señaló como producto una “fe encerrada en el subjetivismo” donde “el sujeto continúa encerrado en la inmanencia de su propia razón o de sus sentimientos… Por esto el juez, a la hora de reflexionar sobre la validez del consentimiento, debe tener en cuenta el contexto de los valores y la fe”.
Asistencia gratuita a los pobres
En este sentido, insistió en la preparación de personas competentes en cada tribunal eclesiástico para asesorar sobre la posibilidad de introducir una causa de nulidad matrimonial, y además, aplaudió que en la Rota Romana se dé asistencia gratis.
”Esperando que en todos los tribunales estén presentes estas figuras para favorecer el acceso efectivo de todos los fieles a la justicia de la Iglesia, me gustaría señalar -finalizó- el número significativo de casos en la Rota Romana de asistencia gratuita, en favor de las partes que, por malas condiciones económicas, no son capaces de obtener un abogado”.