Para el tercer domingo tiempo ordinario Ciclo B
LECTIO DIVINA TERCER DOMINGO TIEMPO ORDINARIO CICLO B |
Invocación al Espíritu Santo:
Ven Espíritu Santo,
Ven a nuestra vida, a nuestros corazones, a nuestras conciencias.
Mueve nuestra inteligencia y nuestra voluntad para entender lo que el Padre quiere decirnos a través de su Hijo Jesús, el Cristo.
Que tu Palabra llegue a toda nuestra vida y se haga vida en nosotros.
Amén
TEXTO BIBLICO: Marco 1, 14-20 «Ha llegado el tiempo, el Reino de Dios está cerca» |
1,14: Cuando arrestaron a Juan, Jesús se dirigió a Galilea a proclamar la Buena Noticia de Dios 1,15: diciendo:
—Se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios: arrepiéntanse y crean en la Buena Noticia.
1,16: Caminando junto al lago de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban una red al agua, pues eran pescadores.
1,17: Jesús les dijo:
—Vengan conmigo y los haré pescadores de hombres.
1,18: Inmediatamente, dejando las redes, le siguieron.
1,19: Un trecho más adelante vio a Santiago de Zebedeo y a su hermano Juan, que arreglaban las redes en la barca. 1,20: Los llamó. Ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con él.
BIBLIA DE NUESTRO PUEBLO
LECTURA: ¿Qué dice el texto? |
Este relato comienza diciendo que después que Juan el Bautista fue entregado a las autoridades que lo arrestaron, este verbo luego se utiliza cuando entregan a Jesús para la Pasión. Es un fuerte paralelismo de lo que ocurrirá con el Maestro. Pero esto inicia la proclamación de la “Buena Noticia”. Es la novedad. Tal vez, la palabra griega “euangelion” evoca también a Isaías capítulo 40 donde la buena noticia sólo procede de Dios. Es importante entonces unir estos conceptos, pues Jesús, que es Dios, es en verdad quien anuncia la única Buena Noticia esperada por toda la humanidad. Por eso la alusión directa a que “el tiempo se ha cumplido”, ya no hay que esperar más, el Mesías prometido ha llegado. Pero para encontrarlo, para que la Buena Noticia sea verdaderamente buena, exige una conversión.
La palabra conversión o arrepentimiento, implica no sólo el reconocer lo mal que cada uno había hecho, sino también un cambio en la vida, un marchar para otro rumbo. Un seguimiento discipular del Señor y la aceptación de su novedad.
Y lo siguiente en esta declaración es “crean en la Buena Noticia”. Creer es el despertar de la fe adormecida. La fe como don de Dios interna potencialmente en cada uno debe ser llamada en la conciencia para que se transforme en “acto de fe”. Creer no es un acto intelectual, creer es un acto vivencial que transforma toda la vida, desde el interior hacia el exterior. Así, entonces con la fe hay una re-orientación de la vida, del rumbo y del destino. Si la fe no transforma, no sirve. Lo que desde el idioma griego conocemos como “metanoia”, quiere decir literalmente “más allá de la mente”, su significado es retractarse, corregirse, cambiar de rumbo, de dirección. Se podía usar en los que iban por un camino, y cuando se daban cuenta que el camino no era el correcto, debían volver y tomar otro camino.
Esta palabra también es usada asociando su significado al arrepentimiento y la transformación o conversión entendida como un movimiento interior que surge en toda persona que se encuentra alguna ausencia en sí misma. En tiempos de los primeros cristianos se decía del que encontraba a Cristo que había experimentado una profunda metanoia, como sinónimo de revelación divina o epifanía.
MEDITACION: ¿Qué me dice a mí el texto? |
Nos preguntamos para profundizar en nuestra vida estas palabras de Salvación:
- ¿Los judíos están esperando al Mesías y no se dan cuenta que ya llegó. Para aceptarlo hay que reconocer primero los errores y convertirse. ¿Estoy dispuesto a convertirme? ¿Soy capaz de reconocer en Jesús, a quien me trae la “Buena Noticia” a mi vida?
- Quiero poner nombres claros a los obstáculos que yo pongo para arrepentirme.¿Será el orgullo? ¿Podré decir que por vanidad no deseo cambiar?
- Jesús sale a buscar a sus seguidores. ¿Me dejo encontrar por Jesús? ¿Dejo que Él me llame por mi nombre, me ofrezca una misión?
ORACION: ¿Qué le digo yo al Señor? |
Orar, es responderle al Señor que nos habla primero.
- Gracias Señor por tu Palabra Salvadora que viene a cambiar al mundo.
- Gracias por invitarme al arrepentimiento y a la nueva vida
- Quiero seguirte, dejando todo lo que me obstaculiza estar contigo.
- Hacemos un momento de silencio y reflexión para responder al Señor. Añadimos unas intenciones de oración.
CONTEMPLACION: ¿Cómo interiorizo el texto? |
Para el momento de la contemplación podemos repetir varias veces este versículo del texto para que vaya entrando a nuestra vida, a nuestro corazón:
«Ha llegado el tiempo, el Reino de Dios está cerca» (Versículo 15)
Y de esta forma nos ponemos en contemplación.
ACCION: ¿A qué me comprometo? |
Debe haber un cambio notable en mi vida. Si yo no cambio, entonces, pues no soy un verdadero cristiano.
Doy gracias a Cristo a través de mi alegría y testimonio para que otros también lo encuentren. Que no sea algo teórico, la alegría debo expresarla.
Hno Ricardo Grzona, frp