La historia de esta foto merece ser recordada“Militare est peccatum?”. Esta pregunta a lo largo de los siglos ha lacerado las conciencias e interpelado las inteligencias más astutas. El tema está estrechamente vinculado al, no menos controvertido, de la guerra y de una posible legitimidad. Junto al “no matarás” del quinto mandamiento, el Catecismo admite que en casos extremos la guerra puede ser justa.
Por el contrario, no toda la paz es justa: no lo es aquella donde se aplasta la dignidad humana y se niegan los derechos de la persona. Sólo en una sociedad utópica toda paz –entendida como silencio de las armas– es a priori justa. De la misma manera, es fruto de una simplificación inaceptable sentenciar que existe una contradicción insuperable entre el ser soldado y el ser cristiano.
Al contrario, el cristiano está llamado a encarnar su fe con mayor razón en las circunstancias más trágicas y oscuras de la aventura humana. En Il Timone lo explica con habilidad y seriedad Geraldina Boni, profesora de Derecho Canónico en la Universidad de Boloña.
Esta foto –elocuente y bella– lo demuestra bien. Fue tomada en 1945, en uno de los escenarios bélicos más absurdos y sanguinarios de toda la Segunda Guerra Mundial: el Pacífico. Estamos en la isla japonesa de Iwo Jima, el 3 de marzo de 1945.
No faltaba mucho para la rendición del Sol Naciente y, sin embargo, el ejército japonés luchó como nunca, cosechando las mayores víctimas posibles.
De Iwo Jima es muy famosa otra foto, la que inmortaliza a un pelotón de marinos que pretendían izar la bandera de Estados Unidos en cuanto el territorio estuviera liberado de los enemigos. Un verdadero icono, incluso hay un monumento que se venera en Washington.
Y, sin embargo, esta foto de los soldados estadounidenses que reciben la comunión durante la misa es aún más significativa y, por lo tanto, merecería ser incluso más famosa.
Una misa, imaginemos, cantada entre las bombas y el susurro de las armas, celebrada en la playa bañada por la sangre, con un fondo de toda la fuerza naval estadounidense desplegada. Parece surrealista y, en cambio, es una realidad profunda y conmovedora.
Los hombres, si lo quieren, si se encomiendan al cielo dejándose ayudar por el cielo, son capaces de grandes cosas incluso en medio de las perversidades más incomprensibles. Un completo dossier de Il Timone reflexiona con abundancia e inteligencia, logrando explicar incluso lo que aparentemente parece incomprensible.
El dossier “Santos armados” de Il Timone” (en italiano)