El Pontífice envía una carta a importante facultad de Argentina para festejar sus cien años
“También los buenos teólogos, como los buenos pastores, huelen a pueblo y a calle y, con su reflexión, derraman ungüento y vino en las heridas de los hombres”, escribió el Papa Francisco en ocasión del centenario de la Facultad de Teología la Universidad Católica Argentina (U.C.A)
Señalando el aniversario como una fecha “importante para la Iglesia en Argentina”, el Papa Francisco envió una carta al cardenal Mario Aurelio Poli, Gran Canciller de la U.C.A y arzobispo de Buenos Aires, en la cual reflexiona sobre el papel del teólogo en Latinoamérica para que no sea un académico de "despacho".
Los teólogos, para Francisco, deben vivir la “misericordia” que es la “sustancia misma del Evangelio de Jesús”. Así animó a que en disciplinas como dogmática, moral, espiritualidad, derecho, se pueda ver reflejada la “centralidad de la misericordia”.
Como ya había dicho a los profesores de teología de una prestigiosa universidad pontificia en Roma, los teólogos deben tener las “rodillas peladas” para que la “teología sea expresión de una Iglesia que es ‘hospital de campaña’ que vive su misión” en el mundo.
“Sin misericordia, nuestra teología, nuestro derecho, nuestra pastoral, corren el riesgo de caer en la mezquindad burocrática o en la ideología, que por su propia naturaleza quiere domesticar el misterio. Comprender la teología es comprender a Dios, que es Amor”, insistió.
No al burócrata de lo sagrado
De esta manera, el Pontífice indicó también que el estudiante de teología que se debe formar. “Ciertamente no un teólogo ‘de museo’, que acumula datos e información sobre la Revelación pero sin saber muy bien qué hacer con ello. Y tampoco un ‘balconero’ de la historia”.
El teólogo, señaló: “Debe ser una persona capaz de construir en torno a sí la humanidad, de transmitir la divina verdad cristiana en una dimensión verdaderamente humana, y no un intelectual sin talento, un eticista sin bondad o un burócrata de lo sagrado”.
Una teología al servicio de los conflictos de Latinoamérica
Francisco abogó por una teología que se haga cargo no sólo de los conflictos “dentro de la Iglesia”, sino también de los que “afectan a todo el mundo y que se viven por las calles de Latinoamérica”.
Con un lenguaje directo, invitó a no conformarse con “hacer teología de despacho”. “Que el lugar de sus reflexiones sean las fronteras. Y no caigan en la tentación de pintarlas, perfumarlas, acomodarlas un poco y domesticarlas”, añadió.
Evitar una Teología que se agota en la disputa académica
“Enseñar y estudiar Teología significa vivir en una frontera –escribió Francisco- , esa en la que el Evangelio encuentra las necesidades de las personas a las que se anuncia, de manera comprensible y significativa.
Debemos guardarnos de una teología que se agota en la disputa académica o que contempla la humanidad desde un castillo de cristal. Se aprende para vivir: teología y santidad son un binomio inseparable”.
Por tanto, el Pontífice indicó en su carta que “la teología que desarrollan ha de estar basada en la Revelación, en la Tradición, pero también debe acompañar los procesos culturales y sociales, especialmente las transiciones difíciles”.
Al final de la carta, el Papa invocó a la Virgen María, “Sede de la Sabiduría y Madre de la Divina Gracia”, y pidió al cardenal Poli que salude a los alumnos, los empleados, profesores y autoridades de la Facultad de teología de la UCA.