¿Cómo que más ligero de espíritu? Si hemos vivido la Cuaresma y la Semana Santa con un mínimo de coherencia nos sentiremos con el alma más predispuesta a vivir andar en el día a día. Lo cotidiano cobra sentido mientras caminamos hacia Pentecostés, ya que la Gracia de Señor nos ha dado fuerzas para seguir adelante.
Todos nos sentimos aprisionados por el Faraón, por el César, por la sociedad y quienes nos gobiernan. La vida conlleva cargas que podemos llevar con gozo y otras que transportamos por obligación. Todos sabemos la gran cantidad de cosas insustanciales que hacemos a lo largo del año.
Ahora llegamos con el corazón humilde, ya que hemos visto que Cristo ha resucitado y ha vencido a la muerte. Ahora andamos con el yugo suave y la carga ligera, porque sabemos que todo lo que hacemos sólo tiene sentido si es para mayor gloria de Dios.
Encontramos nuestras almas descansadas y nuestro ánimo predispuesto a seguir adelante con brío. Nuestra Pascua es Cristo redentor del mundo. ¡Feliz Pascua!