“Enséñame, Señor a no juzgar, a sonreírle a la adversidad, a descubrirte en las pequeñas cosas,…”
Enséñame Señor a poder
sonreírle a la adversidad.
Enséñame, Señor a descubrirte
en las pequeñas cosas.
Enséñame, Señor que tu amor verdadero
reside en las personas más humildes.
Enséñame, Señor a no juzgar.
Enséñame, de tu amor infinito,
a tener paciencia con los demás.
Enséñame, Señor a poder perdonar
al otro y a no erigirme juez.
Enséñame que no lo sé todo y
enséñame a aceptar con humildad
las enseñanzas de los otros.
Enséñame a ser constante contigo
y a no perderme en la bruma.
Enséñame a ser capaz de discernirte,
de comprenderte, de escucharte.
Enséñame, Señor a amar y a
ser como el sembrador.
Enséñame, Señor a confiar en Vos.
Por Virginia A. Muiños
Oración publicada por Oleada Joven