Irak, Siria, Nigeria, Kenia, Pakistán… Así vivieron la Semana Santa los cristianos perseguidosJavier Menéndez Ros, es el Director de Ayuda a la Iglesia Necesitada en España. Esta organización está muy en contacto con los cristianos perseguidos y continuamente realiza campañas para ayudarles. Acaba de terminar una campaña de ayuda a Irak y pronto comenzará una nueva alerta.
En Ayuda a la Iglesia Necesitada conocen de primera mano cómo han vivido los cristianos esta Semana Santa. Una dramática situación que ha estado siempre presente en las celebraciones presididas por el Papa Francisco. El programa El Espejo de la cadena COPE entrevista a Javier Menéndez Ros, que muestra cómo los cristianos tienen mucho miedo y afirma que el perdón es “la fuerza más potente, la mejor arma de los cristianos para luchar contra el terror”.
147 muertos en Kenia. Muchos cristianos se han jugado la vida en esta Semana Santa. Se la juegan todos los días…
Se la juegan todos los días, porque el simple hecho para nosotros de ir a una misa, de ir a una iglesia, a ellos les supone un riesgo de muerte en muchísimos países. Cuando entramos en cosas como lo que ha pasado en Kenia y en otros lugares ya no es sólo la iglesia, sino cualquier sitio donde busquen a cristianos, que es una cosa bien fácil y donde quieran eliminarlos sistematicamente.
Esta vez fue Al Sabbah, otra vez es Boko Haram, o el Estado Islámico, o Al Qaeda. ¿Son todos lo mismo? ¿Por qué esta cruenta represión a los cristianos?
Se está produciendo una triste lucha por ver quién es el más salvaje del mundo yihadista. Esta lucha se está produciendo entre Daesh (Estado Islámico) y Al Qaeda.
Se están cometiendo las mayores barbaridades y se está produciendo un fenómeno y es que distintos grupos yihadistas radicales se están afiliando a uno u otro grupo.
Están diciendo: yo me adhiero al Estado Islámico, como ha pasado con Boko Haram en Nigeria o con otras milicias, como Al Sabbah, que se adhieren a Al Qaeda. Hay una lucha tremenda y claro, matando inocentes es fácil hacer esta lucha.
El Papa Francisco en su mensaje Urbi et Orbi pidió para que los cristianos sigan teniendo el “valor humilde del perdón”. Contra la barbarie…el perdón. Impresiona.
Impresiona, pero nosotros que hemos recogido testimonios en muchos países sabemos que es algo común a lo cristianos. Nos lo enseñó Jesucristo en la cruz y nos dijo que hay que perdonar al enemigo.
Es una constante que el cristiano perdona, perdona entre lágrimas, perdona entre sufrimiento, entre no entender esta violencia sistemática contra Cristo y quienes le seguimos. Es una maravilla porque es la fuerza más potente, la mejor arma de los cristianos para luchar contra el terror.
También en el Vía Crucis el Papa Francisco decía: “Nuestros hermanos son asesinados y decapitados ante nuestros ojos y nuestro silencio cómplice” y en la Bendición Urbi et Orbi pidió a la Comunidad Internacional que no permanezca inerte. ¿Qué podemos hacer los “cómodos” cristianos de Occidente?
No dejar pasar estos hechos y presionar para que tanto los medios de comunicación, como los políticos, como en todos lugares se hable de esta realidad, que por otra parte viene existiendo desde hace bastantes años.
Y lo segundo es rezar, rezar por esa gente que se está jugando la vida, por esos hermanos nuestros e intentar ayudarles por medio de instituciones como son Ayuda a la Iglesia Necesitada, que se vuelca cada día para acompañar a los cristianos perseguidos.
Vosotros teneis contacto directo con cristianos perseguidos… ¿Cómo han vivido esta Semana Santa en Irak, en Siria, en Nigeria? ¿Con miedo, con dolor, con esperanza?
Muchísimo miedo. Por ejemplo, todo el barrio cristiano de Pakistán que fue objeto de un atentado hace unos días. Con muchísimo miedo porque saben que están marcados en el objetivo y la mira del yihadismo. No pueden mirarlo de otra manera.
Es verdad que junto a ese miedo ellos tienen una vivencia de la fe con una esperanza que sólo se puede explicar cuando de verdad estas totalmente convencido de que Dios quiere tu muerte como testimonio de esa fe. Están orgullosos de dar su vida.