Con una escultura descubierta hoy Día Internacional del Recuerdo de las Víctimas de Esclavitud
La sede de la ONU en Nueva York cuenta desde el pasado 25 de marzo con una escultura de mármol triangular que rinde homenaje a los 15 millones de esclavos que hace cuatro siglos cruzaron el Atlántico para un viaje sin retorno.
Recordemos que en este inhumano negocio de esclavos participaron los comerciantes árabes que suministraban la ¨mercancía¨, las compañías marítimas europeas de la época (holandesas, francesa, británicas,…) y los consumidores finales que eran los grandes terratenientes de los territorios de América del Norte. Es decir, Asia, Europa y América se coordinaban para explotar a África.
Bienvenido sea este homenaje, aunque el mejor homenaje actual de la humanidad es el hecho de que el presidente y la primera dama del país más poderoso del mundo son descendientes de esa etnia esclavizada durante siglos.
"Este monumento conmovedor y poderoso nos ayuda a reconocer la tragedia colectiva que afectó a millones de personas", afirmó el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, al develar la estatua, situada en un patio del complejo de Naciones Unidas.
La escultura fue diseñada por el arquitecto estadounidense de origen haitiano Rodney Leon. Fue desvelada al culminar un proceso que se prolongó por seis años desde que se convocó el concurso.
La obra fue descubierta al celebrarse hoy el Día Internacional del Recuerdo de las Víctimas de Esclavitud, adoptado por la ONU en diciembre del 2007.
La forma triangular recuerda la ruta que seguían los barcos que iban desde Europa hasta África y desde allí a América, para terminar de regreso a Europa, llevando en cada tramo sucesivo manufacturas, esclavos y productos agrícolas o metales.
Incluye un mapa con los tres continentes, dos planos de la bodega de un barco que indicaban cómo eran apiñados los esclavos en la travesía y una figura andrógina recostada, de granito negro zimbabuense.
El monumento, denominado Arca del retorno y que quedará permanentemente en la sede de la ONU, fue elegido en 2013 de entre 310 propuestas presentadas por representantes de 83 países.
Hoy jueves quedó inaugurado en una ceremonia -un poco deslucida por el frío, el viento y una ligera lluvia-, en la que participaron, entre otros, Ban y la primera ministra de Jamaica, Portia Simpson Miller, que tuvo que cubrirse con un chal para aguantar la baja temperatura.
La escultura quiere rendir un homenaje a quienes "nunca sobrevivieron" el viaje hacia las Américas, dijo Ban, y también a la contribución que hicieron los esclavos y sus descendientes a las sociedades en las que se desarrollaron.
"Nos anima a considerar el legado histórico de la esclavitud y, sobre todo, a asegurarnos de que nunca olvidaremos", afirmó.
Esperamos que esta escultura sirva para recordarnos a todos que todavía actualmente muchos países de África sufren la esclavitud de niños para la guerra, la trata de blancas, el negocio armamentístico y la explotación indiscriminada de sus recursos naturales.