Los obispos califican la corrupción como “grave pecado” e identifican 4 factores que explican la situación actualTrama Gürtel, ERES de Andalucía, BANKIA, CAM, Operación Púnica, Amnistías Fiscales,… son muchos los casos que actualmente preocupan a la opinión pública española. La corrupción política y económica “infecta” muchas capas de la sociedad y esta semana, con motivo de su asamblea plenaria, los obispos españoles han calificado esta corrupción como “grave pecado”.
“Estas situaciones de corrupción provocan alarma social, alteran el funcionamiento de la economía, impiden la competencia leal y encarecen los servicios”, afirman los obispos, considerándola como “una conducta éticamente reprobable”.
Ante ello piden una “regeneración personal y social”, que vendrá, según explican “por un mayor aprecio al bien común, que se origina en las virtudes morales y sociales, se fortalece con la fe y se hace visible en el amor al prójimo”.
Crisis económica y social en España
Los obispos constatan el sufrimiento que se vive por la “grave crisis económica, social y moral que afecta a la sociedad española” y quieren ofrecer el testimonio de aquellos que ofrecen lo mejor de sus vidas para atender a quienes más sufren las consecuencias de la crisis.
En España existen nuevos pobres y nuevas pobrezas, entre ellas están los jóvenes sin trabajo, la pobreza infantil, los ancianos olvidados o las mujeres afectadas por la penuria económica. También los inmigrantes sufren con drama estos problemas ya que, explican: “los países que los reciben recortan sus derechos y limitan, también para ellos, los servicios sociales básicos”.
En un documento muy social, los obispos claman contra la corrupción y destacan que todos los problemas están facilitados por el “empobrecimiento espiritual”: “El talante personal y el comportamiento moral de las personas están dañados por la indiferencia religiosa, el olvido de Dios o la despreocupación por la cuestión sobre el destino trascendente del ser humano”.
La idolatría de los mercados
Son cuatro los puntos que destacan los obispos españoles, como factores que explican la situación:
1. La negación de la primacía del ser humano.
2. El dominio de lo inmediato y lo técnico.
3. Modelo social basado en la economía.
4. Una idolatría de los mercados.
“La actividad económica, por sí sola, no puede resolver todos los problemas sociales; su recta ordenación al bien común es incumbencia, sobre todo, de la comunidad política, la que cual no debe eludir su responsabilidad en esta materia”, destacan los obispos, que quieren poner en primer lugar la “primacía de la dignidad de la persona: el ser humano es la medida de todas las cosas, no un instrumento al servicio de la producción y del lucro”.
“La acumulación de los bienes en pocas manos es una grave injusticia, pues la propiedad privada está orientada al bien común”, continúan los obispos, que piden “solidaridad y el equilibrio entre los derechos y los deberes”.
El documento de la Conferencia Episcopal Española se basa en los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y reclama un trabajo digno y estable, algo que no siempre existe en España en la actualidad.