Parecen reyes incas o augustos emperadores pero son santos católicos adornados majestuosamente después de haber sido olvidados durante siglos
¿Sabías que esqueletos dignos de las novelas más fantásticas habitaron un día en el subsuelo de Roma? Créelo con estas imágenes, que sacan a la luz los lujosos y suntuosos ornamentos con los que se adornaron estos restos de santos cristianos.
En 1578 se descubrieron laberintos de túneles bajo la capital italiana. Los primeros en pisarlos los bautizaron como “las catacumbas de los santos”. De hecho, estos corredores subterráneos eran en realidad los últimos restos de los primeros cristianos de la Iglesia. Con la represión que sufrieron en su tiempo, son contados entre los mayores santos de la historia del catolicismo.
Fue una vez extraídos de la tierra, o más bien del subsuelo, cuando estos esqueletos fueron adornados de esta manera. Ornamentados con las piedras más bellas y cubiertos con los tejidos más suntuosos, sustituyeron entonces las sagradas reliquias destruidas o robadas en las iglesias en la oleada de saqueos que acompañaron a la Reforma.
Estos santos de las catacumbas de Roma fueron entonces expuestos en el interior de numerosas iglesias, no sólo para reemplazar las reliquias destruidas sino también para recordar a todos los fieles la veneración que debían profesar a sus mártires.
Estos personajes sagrados suscitaron entonces una mezcla de admiración y temor.
Especialmente fascinado por estos descubrimientos y por la historia oculta de estas “catacumbas de santos”, el historiador del arte (y buscador de reliquias) Paul Koudounaris viajó por toda Europa para seguir el rastro de cada uno de estos santos; él es el autor de estas excepcionales imágenes.
Paul Koudounaris ha escrito su periplo en su libro Heavenly Bodies : Cult Treasures and Spectacular Saints from the Catacombs (Cuerpos celestiales: Grandes tesoroes y santos espectaculares de las catacumbas). Este libro-álbum recoge todas sus investigaciones y hallazgos.
Esta obra permite entender quiénes eran, cómo murieron y porque fueron olvidados así hasta 1578 por la Iglesia católica.
Curiosamente, muchos esqueletos no han sido expuestos en las iglesias, algunos siempre se han conservado a la espera de ser adornados y presentados en público.
Las primeras catacumbas se excavaron en el siglo I después de Cristo, fuera de la antigua muralla (a lo largo de las vías de acceso a Roma). Los primeros cristianos respetaron así la ley romana que obligaba a enterrar o incinerar los cadáveres en el exterior de la ciudad.
Las descripciones realizadas por Paul koudounaris en su obra dan una idea de la composición de estos espléndidos ornamentos: “Admira el esqueleto de una santa, vestida con un complejo encaje de seda y de hilo de oro, los dedos adornados de rubíes coloridos y brillantes, de esmeraldas y de perlas marchitas”, esta es una de las reliquias especialmente fotografiadas que se puede encontrar en la obra Heavenly Bodies.
“La muerte nunca ha aparecido tan bella”, escribe Paul Koudinaris en la introducción de su libro…
Otros muchos secretos de las Catacumbas…
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Las de Domitila