El bebé es hijo de un payaso y ha recibido el sacramento en una nueva carpa en Figueres
“Yo te bautizo, Maxim Alexis”, dijo el obispo de Gerona, monseñor Francesc Pardo, aspergiendo el agua sobre la cabeza del niño. Sin duda un gesto repetido muchas veces, pero posiblemente era la primera en la que la bóveda de aquel espacio y que cubría la administración del sacramento era textil: era la carpa del nuevo circo Charlie Rivel de Figueres, que poco antes también había bendecido el prelado.
El padre del nuevo cristiano es el payaso Totti. La madre, el hermano mayor, los padrinos, todos forman parte de la gran familia del circo. La tradición cristiana entre los artistas de circo viene de lejos.
Estaba presente en Figueres el director del Departamento de Pastoral de los Circos y Ferias de la Conferencia Episcopal Española, José Aumente.
Una vez bendecida la nueva instalación, el obispo Francesc presidió la celebración de la Eucaristía también bajo la carpa, en presencia de todos los artistas y las autoridades de Figueres, entre otros.
Durante los actos inaugurales estuvo presente Paulina Schuman, hija del mítico payaso catalán Charlie Rivel, que da nombre a este primer elemento de circo estable en Figueres.
En el transcurso de su estancia recordó el bautizo de su padre nacido también de una familia de artistas de circo y cómo está presente la fe cristiana entre los artistas de las diferentes especialidades del circo.
El obispo Francesc, que sigue muy de cerca esta iniciativa por medio de contactos regulares con los promotores, ha vivido con satisfacción este inicio del camino de la Ciudad del Circo, por cierto con una carpa excelente, ya que no hay columnas interiores y evita igualmente perforaciones en el suelo. Un circo que empieza a caminar con la bendición divina.
Por Víctor Gay
Artículo publicado originalmente por el semanario Catalunya Cristiana