El miedo va en contra de lo que Dios quiere para nosotros, que es la felicidad
Existe una sensación que todo ser humano ha experimentado en la vida: el miedo.
Por ejemplo, aquella vez que te quedaste solo en un lugar desconocido; o el día que rompiste accidentalmente algo que le gustaba mucho a tu padre; o las primeras veces en que montabas la bicicleta sin las “ruedas de apoyo”.
Pero el miedo va en contra de lo que Dios quiere para nosotros, que es la felicidad. Y es que el miedo nos confunde, nos hace sentir culpables, aún sin saber el motivo; también nos hace desconfiar de nuestras capacidades y virtudes; en una palabra, el miedo quita la felicidad.
Todos hemos sentido miedo, todos, incluso Jesús. Pero Él nos enseñó que aún cuando el miedo parezca dominarnos, lo que debemos hacer es poner toda nuestra confianza en Dios y estar seguros de que nada podrá contra nosotros.
Él no dejará que la confusión, la tristeza o la culpa nos hieran y se roben nuestra felicidad. ¿Cómo lo hará? En la Biblia, Dios nos dice que enviará a sus ángeles a cuidarnos, que estará de nuestro lado, que lo imposible Él lo hará posible. También Jesús nos dice en todo momento: “¡Ánimo!, no tengas miedo”.
¡Vamos a vencer el miedo! Los ángeles de Dios nos acompañan y Su Gracia, que es Su misma presencia, va a nuestro lado. Y tal como hizo Jesús: cuando tengas miedo, haz esta oración: “Ahora que tengo miedo, me pongo en tus manos, Señor. Que triunfe con tus ángeles y santos bajo la Gracia de tu infinito Amor. Amén.”
Artículo originalmente publicado por Desde la fe