70 especies de mamíferos, 127 especies de aves, 80 de peces, casi 100 invertebrados marinos, 130 de algas y agrupa 20 colonias de pingüinos de Magallanes
En la 27º Sesión realizada en París, el Consejo Internacional de Coordinación del Programa Hombre y Biósfera (MAB) de UNESCO aprobó por unanimidad la Reserva de Biósfera Patagonia Azul, una extensión de 3,1 millones de hectáreas, 58% marinas y 42% terrestres, pertenecientes a la provincia de Chubut.
La nueva Reserva de Biosfera pasó a ser la más grande de la Argentina y supone un sello de rango internacional en materia de conservación que incluye las actividades del hombre y el desarrollo turístico y económico en la región.
El proyecto había sido presentado en septiembre de 2014 por la Secretaría de Turismo y Áreas Protegidas del Chubut y elaborado por la Global Penguin Society (GPS), Sociedad Mundial de los pingüinos, con el aporte de profesionales bajo la coordinación del Pablo García Borboroglu, en convenio con CONICET.
En diálogo con Radio María comentó que “una reserva de biósfera es como un sello de distinción que otorga la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para ciencia, cultura y educación). Esta figura es bastante innovadora porque lo que intenta no es sólo conservar recursos sino fomentar el desarrollo y la realización económica, de una forma sostenible, de la gente que vive allí.
“Con biodiversidad nos referimos al conjunto de especies que habitan en un lugar determinado. Unesco es uno de los temas en los que más presta atención pata otorgar esta categoría.
La Patagonia Azul es el sector costero de todo el litoral argentino marítimo de mayor diversidad de la Argentina: tenemos casi 70 especies de mamíferos, 127 especies de aves, 80 de peces, casi 100 invertebrados marinos, 130 de algas y agrupa 20 colonias de pingüinos de Magallanes incluyendo la más grande del planeta, supone el 40% mundial de la especie” aclaró.
Además el especialista comentó que “En Chubut y Patagonia esto es muy bueno porque venimos de una tradición donde las reservas provinciales tendían a proteger el mirador, el lugar en tierra donde la gente miraba la fauna, pero no había una mirada integrada que contemplara a todas las especies marinas como lobos y elefantes marinos, entendiendo que viven en el mar y viven del mar por ende hay que cuidar esa fuente de alimento”.
“Cuando empezamos a trabajar en esta tarea se llamaba Patagonia azul porque iba a incluir solamente un espacio marino, pero cuando empezamos a ver los grandes valores que había tanto en la costa como en la estepa sobre el continente, terminó siendo gigante. Fíjense que la superficio es igual a la Provincia de Misiones entera o a Bélgica”, comentó sorprendido Pablo García Borboroglu.
“Con esto estamos integrados a la red mundial de Reserva biósfera, por ende tenemos un nivel de visibilidad gigante” indicó el especialista frente a los beneficios que trae este reconocimiento.
Artículo originalmente publicado por Radio María