¿Conoces esta práctica de algunas diócesis para que la Primera Comunión no sea… la última?Querido director, he leído la bellísima entrevista a Arnoldo Mosca Mondadori y me ha parecido muy edificante. Sólo una cosa no entendí: él habla de la “segunda Comunión”. ¿De qué se trata?
Francesca M. Avellino
En algunas parroquias, después de la celebración de la primera Comunión, en la que por primera vez los jóvenes se acercan a la Eucaristía, se ha solemnizado, el domingo siguiente, la segunda Comunión. Es una manera para hacer entender que la participación a la misa, en la que se recibe el Cuerpo de Cristo, puede y debe volverse un buen hábito, que se debe repetir al menos cada domingo.
Nuestra vida cristiana, de hecho, se alimenta meditante los sacramentos, en particular la Eucaristía, la escucha de la Palabra, la oración y las obras de caridad. No podemos pensar que somos cristianos si descuidamos los medios de gracia que el Señor nos pone a disposición. Nuestra fe no es una teoría, un conjunto de ideas, sino que es primero que nada una vida concreta, amor por los demás, diálogo con Dios.
Desde este punto de vista, las palabras sobre la Eucaristía que Arnoldo Mondadori nos ha confiado en la entrevista son una saludable provocación. ¿Cuántas veces nos acercamos a la Comunión sin darnos cuenta del inmenso don que recibimos, sin que transforme realmente nuestra vida?
“El Cuerpo de Cristo sacia la infinita sed que el hombre tiene de la belleza, hace sentir la paz de un misterio inmenso”, dijo Mosca Mondadori. El cual, en el libro La revolución eucarística (Morcelliana), habla del hombre del futuro, que puede realmente cambiar el mundo: es el hombre eucarístico, “que se pone frente a la belleza que emana y proviene de la fuente eucarística y es invadido por ella para llevar su luz al mundo”.