Lo que no te contarán las agencias de viajesRoma la bella Roma, “la Ciudad Eterna”, tan bella como caótica, una de las metas turísticas preferidas en el mundo. Esto hace que millones de turistas la visiten todos los años.
Ya con Juan Pablo II, y también en estos últimos años, con el pontificado de papa Francisco, la ciudad se ha sentido muchas veces desbordada por las olas de peregrinos.
¿Cómo prepararnos para visitarla? Aquí te damos algunas pautas que no te indicará ninguna agencia de viaje.
Es una buena idea prepararse viendo famosas películas que han inmortalizado esta magnífica ciudad como: Vacaciones en Roma (1953), El Cardenal (1963), Tres monedas en la fuente (1954), Ladrones de bicicleta (1948), Escarlata y negro (1983), La dolce vita (1960), Sólo tú (1994)
Un libro recomendado, aparte de un buen curso para aprender italiano básico (ya que los romanos generalmente hablan sólo italiano), es 101 cosas que hacer en Roma al menos una vez en la vida. Está sólo en italiano, pero es muy interesante para conocer varios secretitos que esconde la Ciudad Eterna, y de paso practicar el italiano con la lectura.
En Roma hay 2.762 hoteles, pero también existen muchos conventos que hospedan peregrinos y son más económicos, limpios y tienen un ambiente más familiar, con posibilidad de asistir a la misa diaria y en español. Estas son algunos, pero investigando en la red encontrarás más:
http://checkthis.com/villaangeli
http://www.villafatima.it/espa/inde_es.html
http://www.concezioniste.it/
http://www.amormisericordioso.org
Y ¿cómo manejarte por Roma? Tienes varias opciones: es importante saber que, para el transporte público, conviene siempre comprar un billete para toda la jornada, pues es muy económico y dura 24 horas. ¡Atención! Nunca suban a un autobús, metro o tren sin comprar primero el billete y timbrarlo en las maquinas correspondientes: Una multa puede costar de 50 a 200 euros, y los revisores están controlando continuamente.
Otra recomendación es la de estar atentos a las carteras y bolsillos en la metropolitana: siempre rondan los dueños de lo ajeno aprovechando la confusión de la multitud.
También existen autobuses especiales que hacen un recorrido exclusivo por todos los monumentos más importantes de Roma. Un tour que seguro encontrarán muy atrayente los peregrinos cristianos es el OpenBus, que ofrece la Obra Romana de Peregrinaciones; recorre los sitios más importantes de la civilización cristiana en el centro de Roma.
Obviamente, la gran meta de todo cristiano en Roma es conocer la Ciudad del Vaticano.
Apenas se llega, te atiende con sus brazos abiertos la maravillosa columnata del Bernini, allí podrás visitar la Basílica de San pedro, subir hasta la Cúpula y tener una vista espectacular de la ciudad de Roma, o ver los Museos Vaticanos, que atesoran grandes obras maestras como la Capilla Sixtina.
También se pueden visitar los jardines Vaticanos, la Necrópolis y los museos escondidos. Para más información pueden consultar aquí en el sitio del Vaticano.
Consejos básicos para una visita sin contratiempos en el Vaticano: quien lo vista en verano, recuerde que siempre es un lugar sagrado de culto, y que se debe ir vestido decentemente. De lo contrario los guardias en las puertas de la Basílicas no les permitirán la entrada. Está prohibido entrar con los brazos descubiertos hasta el hombro, pantalones cortos y faldas cortas.
Atención en las entradas fuera del muro Vaticano dónde varios “supuestos” guías turísticos les ofrecerán billetes para saltar las filas o les cobrarán para entrar a la Basílica, cuando es completamente gratis. Hay que armarse de paciencia y hacer la fila como todos, a veces suele hacerse bastante larga pero es obligatoria por las medidas de seguridad que adopta el Vaticano: toda persona debe pasar por el control policial.
Y un último consejo: hay infinidades de restaurantes para turistas que pululan alrededor del Vaticano, pero ¡CUIDADO! muchos de ellos exigen precios desorbitados y hasta pueden llegar a cobrarte 10 euros por un café. Sospecha de aquellos lugares dónde no haya precios expuestos, pide siempre la carta con los precios y pregunta si hay sobrecargos por sentarse o por los “cubiertos”.
Muchos no saben el Vaticano tiene restaurantes donde se puede comer un menú completo, incluidas las bebidas, por 10 dólares: el mismo Museo Vaticano en su interior tiene un “fast food”.
Pero vale la pena caminar un poco hacia el Trastevere, a la zona de la estación de tren, o cruzar el Tiber por el puente de Sant’Angelo, para buscar una “tavola calda” o una “paninoteca” donde comer un plato de pasta, un “tramezzino” (sandwich típico romano) o una pizza romana (como la que se ve en la foto) sin gastar mucho dinero. Ya saben que los romanos inventaron la street food…
Con todo esto, sólo me queda desearles una maravillosa estancia en la Ciudad Eterna.