Histórica ceremonia de la primera Jornada Mundial de la oración por el cuidado de la creación presidida por el papa FranciscoA partir de hoy, la Iglesia Católica, por voluntad del Papa Francisco, celebrará cada 1 de septiembre la Jornada Mundial de la oración por el cuidado de la creación, así como lo hace la Iglesia ortodoxa.
Precisamente, este martes, el Pontífice ha presidido la Liturgia de la Palabra en la basílica vaticana para iniciar esta celebración en armonía con el tema de la encíclica social sobre el cuidado del medio ambiente, Laudato si’.
“Contemplar antes de poseer” la creación es la enseñanza de Francisco de Asís, el santo que escribió el Canto de las Criaturas, explicó el predicador de la Casa Pontificia, padre Raniero Cantalamessa, encargado por el papa de realizar la homilia.
Padre Cantalamessa denunció la mala interpretación del libro del Génesis cuando se dice que el hombre tiene “un dominio indiscriminado sobre el resto de la naturaleza” (Génesis 1, 28) y que son “el origen de la actual crisis ecológica”.
“El dominio de Dios sobre las criaturas ciertamente no está finalizado al propio interés, sino al de las criaturas que Él crea y protege”. Así el hombre debe dar cuentas de lo que ha recibido. No es un dominador de la creación que por antojo destruye y contamina.
En este sentido, indicó que como en la parábola de los talentos: “la tierra es el talento que todos hemos recibido y del cual debemos dar cuentas”, indicó el predicador pontificio.
El padre Cantalamessa denunció que la creación sufre debido a las consecuencias de “la industrialización salvaje” consagrada a la ganancia y que hace callar las “protestas y resiste a todos los poderes”.
El predicador centró la figura de Dios como Padre y servidor de su creación, que a su vez, encomienda al hombre, hecho a su imagen y semejanza, de servir a la creación como “criatura racional”, en cambio de destruir la obra del Creador.
La jerarquía establece que Dios está por encima de todo y que el hombre domina el mundo, como Dios domina la creación para ponerse a su servicio, indica que – según Cantalamessa- esta jerarquía “es pro vida” y no “contra la vida”.
Por ello, expresó que se atenta contra la vida cuando se cambia la jerarquía de Dios, “cuando se hacen gastos” exagerados en animales domésticos (gatos, perros), “mientras se deja morir de hambre o de enfermedad a millones de niños”.
¿El evangelio enseña a vivir el día? No, contra el futuro de las nuevas generaciones
El predicador pontificio también explicó que cuando Jesús pidió no “preocuparse del mañana”, no quería decir no preocuparse del futuro de los demás. “Adolph Harnackm (pensador del cristianismo) ha escrito que cuando se trata de nosotros mismos, el evangelio nos quiere destacados de los bienes de la tierra, mientras que cuando se trata del prójimo no quiere escuchar pretextos de desinterés y de vivir el día”, expuso.
Las enseñanzas de pobrecito de Asís
En este sentido, el predicador presentó la imagen de san Francisco de Asís) como prueba de la interpretación correcta del evangelio y como testimonio “de la relación que la fe en Dios puede dar al esfuerzo común para proteger la creación”. El santo de Asís, llamado el pobrecito, abandonó el sentido de poseer para abrazar la contemplación de la creación de Dios.
La celebración de la histórica jornada, inició en la basílica de San Pedro con la oración cristiana pronunciada por el Papa Francisco, y que se encuentra en la conclusión de la Encíclica Laudato si’ .
Sucesivamente, se escuchó la proclamación de las lecturas de la Biblia basadas en el libro del Génesis. Asimismo, se leyó algunos fragmentos de la Encíclica (84, 86, 87) sobre el Canto de las criaturas de San Francisco.
La lectura escogida para la ocasión es el sexto capítulo de Mateo con la invitación a servir a Dios y no a las riquezas. En las invocaciones pidió por los “abandonados y los olvidados de esta tierra” para que vengan frutos de “belleza” y no se contamine y se detenga la destrucción de la creación.
Por último, la oración concluyó exhortando para que los fieles en el mundo estén unidos a las criaturas de Dios en “nuestro camino común” y protegan la creación.