El 43% de los católicos divorciados piensan que no es necesaria la anulaciónEl Papa Francisco ha anunciado, dentro del Año de la Misericordia, cambios específicos en el proceso de nulidad matrimonial. Dos temas dominaron el motu proprio del Papa: que los procesos sean más expeditos y que sean gratuitos. Sin embargo, tal parece que en Estados Unidos –no así en muchos otros países—el asunto concitó poco interés.
Una reciente encuesta realizada por el Pew Research Center (PRC) encontró que muchos divorciados –católicos– en Estados Unidos que no están buscando la anulación de su matrimonio, citan como una razón de peso (para no buscarla) la complicada naturaleza del proceso o los costos desorbitantes del mismo.
Solamente 26 de cada 100
La Iglesia católica enseña que el matrimonio es indisoluble y si alguien se vuelve a casar después del divorcio, está en pecado. Pero la anulación –la declaración de parte de la Iglesia de que ése matrimonio nunca fue válido—hace posible a los católicos divorciados contraer nuevo matrimonio y poder comulgar.
En Estados Unidos, uno de cada cuatro adultos católicos han pasado por la experiencia del divorcio, de acuerdo con la reciente encuesta del PRC. Es un porcentaje 5 por ciento inferior a la media de los adultos estadounidenses que se han divorciado (30 por ciento).
Pero entre los católicos, solamente 26 por ciento de los que se han divorciado refieren que ellos o su anterior esposo /a han buscado la anulación por parte de la Iglesia católica.
La encuesta preguntó a los católicos que se han divorciado y no han buscado la anulación de su matrimonio las razones por las que no lo habían hecho. La respuesta más común fue que no habían buscado la anulación porque no la necesitaban o no la creían necesaria (43 por ciento). Y uno de cada cinco católicos divorciados manifestó que no había buscado la anulación porque no estaba casado en primeras nupcias por la Iglesia católica (21 por ciento) y pensaban que eran inelegibles para tal procedimiento.
Solamente uno de cada diez dijo que no intentó anular su matrimonio porque era algo muy costoso (7 por ciento) o muy complicado o muy tardado (4 por ciento).
Esperan cambios
Como la encuesta no encontró suficientes respuestas para analizarlas por separado de aquellos que se hubieran divorciado y vuelto a casar sin una anulación, estos pueden ser considerados junto a los católicos que viven con una pareja sentimental fuera del matrimonio, otro grupo presumiblemente inelegible para recibir la comunión a los ojos de la Iglesia.
Sin embargo, de este grupo combinado (los vueltos a casar sin anulación y los que viven con una pareja fuera del matrimonio), 34 por ciento afirman que reciben la comunión cada vez que van a Misa; muy poco menos que el 45 por ciento de los demás católicos que reciben la comunión cada vez que asisten a Misa.
Cerca de 3 de cada 10 católicos (29 por ciento) que cohabitan fuera del matrimonio o que son divorciados vueltos a casar sin haber anulado su primer matrimonio, afirma que nunca reciben la comunión, mientras que, adicionalmente, 5 por ciento dijo que nunca va a Misa.
Otro dato que arroja la encuesta del PRC es que 35 por ciento de todos los católicos estadounidenses creen que volverse a casar tras el divorcio y sin anulación sea un pecado. Casi la mitad (49 por ciento) dice que no es pecado y 62 por ciento de los católicos opina que la Iglesia debe dejar comulgar a los divorciados vueltos a casar sin haber anulado su matrimonio, mientras que 54 por ciento espera que este cambio ocurra en las próximas décadas.