El Pontífice les invitó a que sean pastores cercanos a la gente y servidores, no burócratas o notarios“Ninguna institución estadounidense hace más por los inmigrantes”. “No sólo como Obispo de Roma, sino también como un Pastor venido del sur, siento la necesidad de darles las gracias y de animarles”, expresó el Papa a los obispos de EEUU, este miércoles 23 de septiembre en la Catedral de San Mateo en Washington.
Ante 300 altos prelados norteamericanos, el Pontífice le recomendó y animó la acogida e integración de los inmigrantes de América Latina que atraviesan la frontera para buscar una mejor vida en EEUU.
La exhortación es muy al estilo de Francisco. “Pido disculpas si hablo en cierto modo casi en causa propia. La iglesia en Estados Unidos conoce como nadie las esperanzas del corazón de los inmigrantes. Ustedes siempre han aprendido su idioma, apoyado su causa, integrado sus aportaciones, defendido sus derechos, promovido su búsqueda de prosperidad, mantenido encendida la llama de su fe”, dijo.
Asimismo, admitió que ninguna institución estadounidense hace más por los inmigrantes que sus comunidades cristianas. Ahora tienen esta larga ola de inmigración latina en muchas de sus diócesis.
El primer Papa venido de América con espíritu práctico confirmó que no es una tarea fácil acoger a los inmigrantes.
Porque esto significa “leer su alma; quizás sean sometidos a la prueba por su diversidad. En todo caso, sepan que también tienen recursos que compartir. Por tanto, acójanlos sin miedo”.
El Papa ha tenido un encuentro público con los pastores estadounidenses. Con una actitud de humildad pidió “ofrézcanles el calor del amor de Cristo y descifrarán el misterio de su corazón. Estoy seguro de que, una vez más, esta gente enriquecerá a su País y a su Iglesia”.
Por otro lado, ha exhortado a los obispos a cuidar de sus sacerdotes y de la gente común, invitándolos a una “paternidad episcopal”. Les dijo: “Sean Pastores cercanos a la gente, Pastores próximos y servidores. Esta cercanía ha de expresarse de modo especial con sus sacerdotes”.
Les rogó, “por tanto, que no dejen que se contenten de medias tintas. Cuiden sus fuentes espirituales para que no caigan en la tentación de convertirse en notarios y burócratas, sino que sean expresión de la maternidad de la Iglesia que engendra y hace crecer a sus hijos”.
“Estén atentos a que no se cansen de levantarse para responder a quien llama de noche, aun cuando ya crean tener derecho al descanso (cf. Lc 11,5-8)”.
El Pontífice aseguró que no venía a traer un programa o recetas, que por el contrario venía a confirmar el optimo trabajo pastoral que hace la Iglesia en el país.
Así, invitó a los obispos a preparar a los sacerdotes para “que estén dispuestos para detenerse, abajarse, rociar bálsamo, hacerse cargo y gastarse en favor de quien, «por casualidad», se vio despojado de todo lo que creía poseer (cf. Lc 10,29-37)”.
Por último les bendigo y pidió a la Virgen María que los cuide.