Un año de la desaparición de los 43 estudiantes de MéxicoA punto de cumplirse el primer año de los infaustos acontecimientos que derivaron –la noche del 26 de septiembre de 2014, en Iguala, Guerrero—en la desaparición de 43 estudiantes normalista de la escuela de Ayotzinapa, con el Estado de Guerrero en permanente alerta, la Iglesia católica mexicana presentó en Cuba, al Papa Francisco, su estrategia para lograr la paz.
Particularmente importante fue que el representante de los obispos mexicanos haya sido el arzobispo de Acapulco (en el mismo Estado de Guerrero, al occidente de México), monseñor Carlos Garfías Merlos, el encargado de presentarle al Papa lo que su arquidiócesis y el episcopado mexicano están haciendo, como tarea primordial, para recuperar la paz en un país con altos índices de criminalidad (Acapulco es la ciudad más violenta del continente americano en este momento).
Monseñor Garfias Merlos, quien es Vocal de la presidencia de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), viajó a Cuba para participar en la visita apostólica del Papa Francisco. En un breve saludo al Pontífice, el prelado mexicano compartió el empeño de los obispos de México por acompañar al pueblo en la Construcción de la paz, a través de cinco acciones concretas:
- Oración incesante por la paz.
- Acompañamiento a las víctimas de la violencia, a través de Centros de Escucha que ofrecen ayuda espiritual, psicológica y jurídica, y que se están transformando en Centros de Perdón y Reconciliación.
- Creación de seis Centros de Jóvenes por la Paz en Acapulco, donde se brinda acompañamiento y desarrollo integral a través del deporte, la capacitación para el trabajo y animación para que continúen sus estudios.
- Campaña permanente, que incluye medios de comunicación, para difundir el tema de la paz.
- Impulso al diálogo social para crear una plataforma de encuentro entre la ciudadanía, organizaciones e instituciones sociales y autoridades en la construcción de la paz.
Sin ser un decálogo ni nada parecido, estas reglas podrían dar resultado en otras naciones y en otras iglesias particulares del continente, especialmente en países como El Salvador, Guatemala o Honduras.
Finalmente, Mons. Garfias Merlos, con la vos de la CEM, encomendó a las oraciones del Papa Francisco estos trabajos –esenciales en un país mayoritariamente católico, pero con enormes cuotas de violencia– reiterándole que los católicos de México oran por él y siguen comprometidos en la evangelización y la paz.