En el corazón del poder de EEUU, el Pontifice llevó esperanza a una parroquia que ayuda a personas que duermen en las calles de Washington“Ante situaciones injustas, dolorosas, la fe nos aporta esa luz que disipa la oscuridad”, dijo el Papa Francisco después de realizar un discurso superlativo al Congreso de EEUU.
El Papa de las periferias dijo, ante un grupo de sin techo, que “al igual que a José, la fe nos abre a la presencia silenciosa de Dios”, durante la visita de este jueves 24 de septiembre el Centro de la Caridad de la Parroquia de St. Patrick de Washington D.C.
Dirigiéndose a las personas sin hogar, aseguró que ellos les recordaban a san José, a quien dijo le rezaba en momentos de dificultad.“Es a quien recurro cuando estoy medio «apretado». Ustedes me recuerdan a san José. Sus rostros me hablan del suyo”.
Sucesivamente, continuó indicando los indigentes, como se sintieron san José, la virgen María y el niño Jesús: “El Hijo de Dios entró en este mundo como uno que no tiene casa”.
“Al igual que José se cuestionan: ¿Por qué estamos sin un techo, sin un hogar? Son preguntas que nos hará bien hacernos a todos: ¿Por qué estos hermanos nuestros están sin hogar, por qué estos hermanos nuestros no tienen un techo?”
Las preguntas de José siguen presentes hoy, acompañando a todos los que a lo largo de la historia han vivido y están sin un hogar, señaló.
No hay alguna justificación moral para que la gente duerma en las calles
“No encontramos ningún tipo de justificación social, moral o del tipo que fuese para aceptar la falta de alojamiento. Son situaciones injustas, pero sabemos que Dios está sufriéndolas con nosotros, está viviéndolas a nuestro lado. No nos deja solos”, sostuvo.
Asimismo, insistió que la oración es un modo eficaz de ayuda, porque destacó es un instrumento de unión y fraternidad.
Al final invitó a las personas sin techo a reza el padre nuestro, y les bendigo. “Qué bien nos hace rezar juntos, qué bien nos hace encontrarnos en ese espacio donde nos miramos como hermanos y nos reconocemos los unos necesitados del apoyo de los otros”.
Una predicación simbólica en el corazón del poder de EEUU, en la Iglesia de St. Patrick, que es históricamente la primera parroquia de Washington fundada en 1794 para ofrecer el servicio pastoral a los obreros irlandeses que construyeron la Casa Blanca y el Capitolio.