Era el 22 de septiembre de 1968, el día anterior de su llegada a la Casa del PadreUn fragmento de la última misa de san Pío de Pietrelcina (por todos conocido como el Padre Pío) celebrada en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie. Era el 22 de septiembre de 1968, el día anterior de su llegada a la Casa del Padre.
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El Padre Pío, sentado en una silla de ruedas, bajó a celebrar la misa en la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, llena de fieles. El superior del convento quiso una misa solemne y cantada, pero el Padre Pío no lo conseguía y se notó por la quebrada voz del enfermo durante la consagración del pan y del vino, y la penosa dificultad con la que lograba cantar el padre nuestro.
Al terminar la misa, cuando intentó levantarse para impartir la bendición a los fieles, se tambaleó y luego se relajó en los brazos del padre Bill.
Acudieron inmediatamente otros hermanos con la silla de ruedas para acompañarlo a su celda. El Padre Pío pasó entre la multitud triste y conmovida y dijo débilmente: “Hijos míos, hijos míos…”.