Francisco, como otros papas, podría haber salido de noche del Vaticano de incógnito para ayudar a los sin techo. Nadie lo ha confirmadoEl obispo Konrad Krajewski es el actual responsable de la Limosnería Apostólica, el departamento de la Curia Romana instituido por el Papa Gregorio X en el siglo XIII para administrar la asistencia del Santo Padre a los pobres.
En diciembre de 2013, en una entrevista, el prelado afirmó que cuando hablaba con el Papa Francisco sobre sus visitas nocturnas a los sin techo de Roma era frecuente el “riesgo” que el papa decidiera irse sin él.
Uno de los periodistas preguntó si Francisco lo había hecho alguna vez. El obispo Konrad sólo sonrió y dijo: “¡Próxima pregunta, por favor!”.
Hay hechos que dejan suponer que haya sido así. Cuando era cardenal en Buenos Aires, Jorge Bergoglio tenía la costumbre de salir de noche para visitar a los pobres y a los sin techo, sentarse con ellos en medio de la calle, hablar y compartir la comida. Era totalmente normal incluso encontrarlo en los medios de transporte público de la capital argentina.
El obispo Konrad contó que en una ocasión el papa le dijo: “Puede vender su escritorio. No lo necesita. Lo que debe hacer es salir del Vaticano. No espere a que las personas vengan aquí a tocar la puerta. Salga usted y busque a los pobres”.
Las murmuraciones aumentaron después que algunos guardias suizos confirmaran la historia a través del portal The Huffington Post. Según los guardias, el Papa Francisco salió del Vaticano de noche, vestido como un “simple sacerdote”, para ir a encontrar a la gente que vive en la calle. El Vaticano niega las informaciones.
Pontífices anteriores
Francisco no sería el primer pontífice en efectuar “escapadas”. Se dice que el Papa Juan XXIII amaba caminar por Roma de noche y que Pío XII se vestía de franciscano para ayudar a esconder a los judíos perseguidos durante la Segunda Guerra Mundial.
Juan XXIII se volvió famoso por abandonar los muros vaticanos discretamente para visitar a personas necesitadas durante la noche. Los romanos, con su peculiar sentido del humor, lo llamaban “San Juan extramuros”, en referencia a la famosa Basílica de San Pablo extramuros.
Una vez, el “papa bueno” salió solo del Vaticano para visitar a un amigo sacerdote que se encontraba internado en el Hospital Santo Spirito, no muy lejos. Cuando tocó la puerta, llegó la madre superiora, que sorprendida y emocionadísima dijo: “¡Santo Padre! Soy la superiora del Santo Spirito”. El papa, con la simpatía que le hizo ganar el título de “el papa más divertido de la historia”, respondió: “¡Pero que buena carrera que hizo, madre! Yo solo soy el Siervo de los siervos de Dios”.
No sin inspiración, la película “Las sandalias del pescador”, de 1968, muestra un papa – interpretado por Anthony Quinn – que sale por la calle, disfrazado, la noche de su elección al pontificado, para sentirse en medio del pueblo.
¡Dígame, Santo Padre!
Quizá no tendrás la fortuna de encontrarte casualmente con el Papa Francisco paseando por Roma en una noche fría, ni encontrarte en la óptica a la que va a cambiar sus lentes, pero no es tan improbable que te llame por teléfono, o a alguien que conoces.
La lista de personas que ya han recibido una llamada suya no es breve.
Entre los ejemplos, está una mujer víctima de abusos, un seminarista con una enfermedad en fase terminal, un joven español víctima de pedofilia, la madre de un buzo fallecido en un accidente, otra madre que perdió a su hijo en un incendio, un sacerdote en Irak, un sacerdote brasileño, un estudiante italiano y hasta un suboficial de la Aeronáutica Argentina que se encontraba en… la Antártida.
No pocos de ellos le colgaron el teléfono en la cara, obligando al papa a volver a llamar. Si te sucede, piensa dos veces antes de colgar…