El discurso del Papa al Congreso choca con el slogan electoral de la política U.S.A, entrevista a John Allen Jr. (cuarta parte) “El Papa Francisco ha tocado verdaderamente el corazón de los presentes en el Congreso” de EEUU, dijo el padre Federico Lombardi, portavoz vaticano este jueves 24 de septiembre.
Después del discurso del Papa Francisco al Congreso de EEUU, el llanto de conmoción de Joe Boehner, presidente de la misma institución, ha dado la vuelta al mundo. Sin embargo, algunos políticos católicos en EEUU han renegado las enseñanzas del Papa en público.
Hemos comentado esta conveniencia de ser un político católico en EEUU con el editor asociado del Boston Globe, John Allen Jr., también comentaristas especializado de la CNN sobre el Vaticano, antes del viaje apostólico. Una utilidad de seguir los valores dependiendo del viento que sople el poder, que vale no sólo en EEUU, también en las dos Américas.
Dado el contexto, por poner un ejemplo reciente, el candidato Republicano a la Casa Blanca, Jeb Bush, abiertamente católico, se ha distanciado del mensaje del Papa Francisco de la última Encíclica sobre el cuidado de la casa común. ¿Cómo es posible que los político católicos no sigan la doctrina social de la Iglesia?
JA: “El problema radica en que si tu eres un político católico que sigue las enseñanzas sociales de la Iglesia, entonces no tienes una casa (partido). Los republicanos son muy fuertes en los temas pro-vida (aborto, preservativo, matrimonio, etc.). En cambio, los democráticos son fuertes en temas de justicia social.
En realidad, ambos son débiles sobre los otros temas. No hay un partido que verdaderamente engloba el mensaje social de la Iglesia. En este sentido, Bush, en mi opinión, está jugando el mismo juego que cualquier otro político católico en América”.
¿A qué juegan los políticos católicos?
JA: “Ellos juegan al mismo esquema. Los políticos católicos dicen ser fieles, cuando la posición de la Iglesia se acerca a las ideas del partido. Al contario, cuando la posición del partido no coincide con la de la Iglesia, ellos dicen que ‘yo soy americano, primero debo seguir mi conciencia’.
Por lo tanto, la posición de Bush sobre el ambiente y la encíclica del Papa es suficientemente previsible y en un cierto sentido es un clásico de los políticos católicos”.
El discurso del Papa en el Congreso, un jalón de orejas cariñoso
En este sentido, no es una coincidencia que el Papa haya citado en su discurso a Dorothy Day, periodista, anárquica, que abortó, convertida al catolicismos en 1927, declarada sierva de Dios por san Juan Pablo II en el año 2000. Definida por Francisco: “defensora de la justicia social y de los derechos de las personas”.
Day es un ejemplo concreto de un político católico con defectos, pero “soñadora” de la virtudes que han hecho grande un país como EEUU.
De hecho, los temas centrales del magisterio del Papa parecerían que en la actualidad son una opción por conveniencia en la agenda y el empeño de varios políticos católicos en el mundo. Recientemente, en Europa lo hemos comprobado en la crisis migratoria.
Por ello, podemos destacar la universalidad de las palabras de Francisco en un mundo globalizado: “la opción por los pobres, respetar el medio ambiente, acoger a los prófugos, buscar una economía que no atente contra la dignidad humana, acabar con el tráfico de armas, el aborto, la pena de muerte”, entre otros puntos del discurso de ayer.
El Papa ha enseñado que no son temas de un slogan electoral por conveniencia. Se trata de argumentos que son una oportunidad para llamarnos parte de una misma familia humana. El error – recordó – es trazar una línea simple para solucionar los conflictos diciendo ‘yo soy bueno y tu eres malo’.